martes, 18 de marzo de 2014

La alegría de ser mamá a los 17 años.

Por: @clagomfe

Debo confesar que ser madre soltera a los 17 años no es para nada fácil, pero en este punto de mi vida me siento feliz y orgullosa de lo que he podido lograr con la ayuda de Dios. La historia de mi maternidad está llena de sorpresas, muchas náuseas, muchas noches en vela y demasiados cuidados.

Luego de terminar mi bachillerato quedé en embarazo, obviamente para mi familia no fue fácil aceptarlo, sin embargo recibí todo el apoyo de mis padres, sin ellos creo que no lo hubiese logrado.

Mi embarazo fue de alto riego desde el primer momento por mi edad, mi tipo de sangre y por las interminables nauseas (Bajé 5 kilos en el primer mes). Cuando cumplí el tercer mes tuve la primera ecografía y fue ahí donde me dieron la gran noticia: "Son Gemelos". En ese momento quedé tan sorprendida, creo que entré en shock, para ser sincera no lo podía creer,  mi familia tampoco lo asimilaba, con esta noticia aumentaron mis cuidados, en mi estado corría riesgo mi embarazo.

Después de los 5 meses empezó a crecer mi barriguita, ya los sentía moverse a los dos, era maravilloso, lo que no era tan agradable eran las trasnochadas, pues se movían tanto que no me dejaban dormir, a los 7 meses me hospitalizaron durante 3 días porque ya tenía contracciones (Mi barriga estaba muy grande). Gracias a Dios en el hospital me brindaron todos los cuidados para agilizar el desarrollo de los pulmones de los bebes y prolongar su estadía dentro de mí.

Un mes después nacieron mis gemelos, todo fue muy rápido. Recuerdo que ese día los nenés no se movían. Me fui a urgencias y después de varios chequeos los médicos determinaron que era necesario hospitalizarme y controlarme para retrasar el parto 15 días, esa misma noche las contracciones se hicieron más fuertes, empecé trabajo de parto, así que tuvieron que hacerme cesárea.

Siempre la gente especula sobre lo maravilloso de criar gemelos, suelen decir cosas como: "Mejor, ya saliste de eso" o "Quiero tener gemelos, debe ser genial". En mi caso particular fue una labor muy desgastante, porque a pesar que los doctores decían que eran unos bebes grandes para mi eran muy pequeños. Me daba nervios bañarlos, se despertaban mucho en la noche por el frío, sufrían de reflujo y es terrible atenderlos cuando les da hambre al tiempo.

A pesar de todo eso, fue una experiencia muy gratificante que me sirvió para formarme como mujer y mamá,  amo profundamente a mis hijos y me siento muy orgullosa de ellos. Aún sabiendo el riesgo de mi embarazo y lo duro que fue criar a mis hijos, me encantaría volver a tener un bebe, pues ser mamá fue lo mejor que pudo pasar en mi vida.

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