miércoles, 8 de febrero de 2012

La disciplina se aprende, no se lleva en la sangre.

Es muy común escuchar decir "jum, con esa mamá/papá cómo será el hijo/a" o "la mamá/papá es muy juicioso, él hijo/a también lo será". Si en cierta medida esto es cierto, no es todo lo que influye en el comportamiento de un niño. Es lógico que si los padres se comportan de determinada manera, ese es el ejemplo que se le darán al niño y por ende, él actuará igual.

Pero también es cierto que no nos las sabemos todas y que, aunque cada uno tiene su manera de educar, es bueno que los padres y madres también se instruyan sobre éste tema. Existe mucha información sobre como educar a un niño.

No me gusta la disciplina a punta de golpes. Eso de que "la letra entra con sangre"  no es lo mío. Me parece abusivo que un padre o madre le pegue a su hijo, solo por el hecho de ser su hijo. Si bien uno le da les dio la vida, eso no nos da derecho a maltratarlos. Hay otras maneras MUCHÍSIMO MEJORES que los golpes. Tal vez requieren de mucha más paciencia, tiempo y perseverancia; pero sus resultados son inmejorables.

El castigo, sin necesidad de golpes y malas palabras, para mí es la mejor manera de enseñarle a un niño cómo se debe comportar. Si usted tiene problemas porque su hijo es "una caspita" o "un niño problema" hoy le traigo una posible solución. La aprendí viendo Super Niñera y me parece que es una excelente forma de impartir disciplina.

Primero, escoja una parte de su casa en donde ponga "La silla de castigo". Esta parte, preferiblemente, debe ser un lugar aislado. Si su hijo le hace pataleta, se porta mal, o hace algo que no debe hacer, dígale que eso no está bien y por qué no lo está. Si se repite en una segunda ocasión, adviértale que será castigado si no hace caso. Si ocurre una tercera vez, sin decirle ABSOLUTAMENTE NADA, llévelo a la silla de castigo y luego, dígale que debe reflexionar sobre lo que hizo y pedir disculpas.

Lo normal es que su hijo se pare y siga tratando de llamar su atención, portándose mal. Usted no se dé por vencido. El que manda es USTED Y NO ÉL. Tómelo de nuevo y vuélvalo a llevar allá, ésta vez sin decirle nada. Hágalo tantas veces sea necesario; esto le demostrará a su hijo que usted está firme en su decisión y que no es un juego. En algún momento él se dará por vencido y se quedará allí.

Después de unos cuantos minutos, los que usted crea necesarios, acérquese a su hijo, frente a frente, (es importante que siempre le hable mirándolo a la cara y que baje hasta quedar a su altura, así el niño no se sentirá intimidado) y explíquele por qué lo castigo y reciba sus disculpas. Dele un beso, un abrazo y dígale cuánto lo ama.

También es importante que sus hijos tengan tareas asignadas dentro de su casa, para que aprendan a ser responsables, y que sean recompezados  cada vez que las cumplan. Usted sabrá como recompenzarlos.

Yo todavía no he tenido ese tipo de problemas, pero aunque mi hijo tiene 7 meses, también hay que impartirle disciplina o sino se me sale de las manos.

Espero que esto les sirva de algo y ánimo. Hay que ser perseverantes.


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