Consejos de mamá

Primeros dientes: Todo lo que debes saber!

Por: Viviana Cervantes.

Alrededor de la salida de los primeros dientes de nuestros peques existen muchas cosas que como madres debemos saber. ¿Qué es mito y qué es realidad? A continuación una completa descripción del proceso de dentición.
La dentición no es un proceso que se da de la noche a la mañana, por lo general, los primeros dientes, conocidos como de leche o deciduos, salen a los 6 meses de edad y se completa alrededor de los 3 años, se trata de un proceso influenciado por diversos factores tales como la herencia, la alimentación (de la madre durante el embarazo y del bebé luego de nacer) y su estado general de salud.
La variabilidad en la salida de los dientes es muy grande. Se conocen casos en los que a los 4 meses ya tenemos un primer dientecito, y otros en los que pasados los 8-9 meses aún no han erupcionado. Si tu bebé tiene entre 12 y 15 meses y no le ha salido su primer dientecito, es probable que el pediatra lo refiera a un odontopediatra para descartar complicaciones. Si la dentición de tu niño es tardía, no te preocupes porque eso no siempre significa que pueda haber algún problema con su desarrollo general.
 Los primeros dientes en aparecer generalmente son los dos dientes frontales inferiores, también conocidos como los incisivos frontales inferiores. Después de 4 u 8 semanas, les suceden los cuatro dientes frontales superiores (incisivos frontales y laterales superiores). Aproximadamente un mes después, aparecerán los incisivos laterales inferiores (los dientes a los costados de los dientes frontales inferiores).
Los dientes que salen a continuación son los primeros molares (las muelas al final de la boca que utilizamos para masticar la comida), y luego finalmente los colmillos (los dientes puntiagudos en la mandíbula superior). La mayoría de los niños tienen sus 20 dientes de leche al cumplir su tercer año. Es importante tener tambien en cuenta que resulta muy conveniente anotar la fecha de erupción del primer diente, pues es la base para el recambio y llegada de los dientes permanentes. Si estos comenzaron a salir a los 4 ó 5 meses, los reemplazantes deberán aparecer a los 4 ó 5 años.

A continuación un esquema gráfico: 


Cuando a tu peque le comienzan a salir los primeros dientes, probablemente babeará más y empezará a querer morder las cosas. Mientras que en algunos niños la salida de los dientes no es un proceso doloroso, otros pueden experimentar breves períodos de irritabilidad, y algunos se mostrarán irritados durante varias semanas, con episodios de llanto y patrones de sueño y de alimentación irregulares. 
Las encías de tu peque van a estar sensibles e hinchadas pero esto no significa fiebre alta ni diarrea. Si tu peque tiene fiebre durante la dentición, puede que se deba a otro motivo y es mejor una consulta con pediatría para descarta. Respecto a la diarrea, lo que suele ocurrir es que, como tu peque se lleva a la boca todo lo que encuentra en busca de aliviar sus molestias, más gérmenes llegan a su sistema digestivo. Y también que, a medida que crece, nuevos alimentos aparecen en su dieta, y esos cambios pueden ocasionar reacciones diversas.

Son muchas las maneras en las que podemos ayudar a nuestros peques para que la salida de los dientes sea lo más cómoda posible, a continuación algunas recomendaciones: 
Como durante esta época babean mucho, ten siempre pañitos para limpiarle la carita y baberos a la mano. Debes cambiar la ropa de cama que está en contacto con el rostro del bebé con más frecuencia, porque la saliva que se queda en su piel puede causarle sarpullido y ponerlo aún más irritable.
Puedes poner un pañuelo en el congelador por 30 minutos y luego dárselo para que lo muerda. El frío adormece las encías. También puedes comprarle esos aros que se meten al refrigerador y luego pueden morderlos; de hecho puedes refrigerar cualquier juguetito para morder que tengas. Sólo ten cuidado de que no vaya a estar muy congelado y se ponga duro pues le lastimaría las encías. Eso sí, que sea un juguete grande y que no contenga piezas desarmables.
Frota las encías de tu peque con la yema de tu dedo índice, debe estar muy limpio y esto ayudará a aliviar la comezón que siente el bebé.
Dale sus alimentos a menor temperatura. Las molestias de la dentición pueden ser tan desagradables para el bebé que origine que no quiera comer.
Si el bebé está muy irritable puedes usar un gel para encías pediátrico, soluciones tópicas o medicamentos analgésicos, antiflamatorios y antipiréticos, siempre y cuando sea recetado por el pediatra.


Entre los 20 y 30 meses tu peque ya tendrá un hermoso juego de dientes! Y en este momento algunas de las creencias erróneas más comunes, y de peores consecuencias, se relacionan con la higiene dental, ya que hay quienes dicen que los dientes de leche no pueden tener caries, que si tienen caries no importa porque se caerán y después vendrán los definitivos...

La caries puede llegar incluso con el primer diente!. Y cuidar la salud dental es fundamental por varios motivos, ya que la caires es una erosión bacteriana puede producir mucho dolor y afectar la masticación (y, por ende, la alimentación), el sueño, la manera de hablar y jugar de los niños, su autoestima y cómo llegue preparado a la escuela; además, si se produce una infección, se puede transmitir a los dientes definitivos que están debajo.

Aunque no sean definitivos, los dientes de leche también exigen cuidado. Se pueden limpiar con un paño de aseo o un rollito de gasa. Son piezas blandas, por lo cual es necesario que cepillarlos con mucha suavidad. Cuando aparezcan los molares se puede utilizar un cepillo infantil suave (con no más de tres filas de cerdas) humedecido (el bebé no necesita pasta dental, sólo puede ser utilizada a partir de los 2años de edad, siempre y cuando sea libre de flúor). El cepillo debe cambiarse cada 6 - 8 semanas. Si se empiezas a ayudar a tu peque a cepillarse desde temprana edad se creará en el niño un buen hábito de higiene.
Ahora, empecemos a ver cómo es el proceso de “mudanza” de los dientes de leche y la salida de los definitivos.

En este período de recambio dentario la dentición es mixta, esto significa que en la cavidad oral conviven dientes temporales con dientes permanentes.
Este proceso, que dura una media de seis años, comienza con la erupción de los primeros molares permanentes y termina con la exfoliación de los caninos y los segundos molares temporales.


El proceso se divide en 3 periodos:
Primer periodo: Habitualmente comienza a los seis años, aunque en los niños suele empezar un año más tarde que en las niñas. Normalmente depende de factores ambientales y hereditarios.
En el inicio de este periodo aparecen en la boca los primeros molares inferiores y superiores. Le siguen los incisivos centrales inferiores y superiores. Luego erupcionan los incisivos laterales inferiores. Este proceso puede tardar un año. Le suceden los incisivos laterales superiores, pudiendo transcurrir un año entre la erupción de ambos. Los incisivos laterales superiores no erupcionan hasta que no han terminado de salir los incisivos centrales superiores, y esto contribuye al cierre del diastema (espacio en la encía que separa grupos de piezas dentales) entre los incisivos centrales superiores.
Una vez finalizada esta fase, se produce un periodo de latencia antes del siguiente periodo eruptivo.
Segundo periodo: Se inicia alrededor de los nueve años. En la arcada inferior erupciona el canino, seguido por el primer premolar. En la arcada superior hace su aparición en primer lugar el primer premolar, que puede estar seguido del canino, o bien del segundo premolar.
Este periodo eruptivo continúa con la erupción de los segundos premolares. Por lo general, los últimos dientes que aparecen son los caninos superiores. Esto suele ocurrir entre los 10 y los 12 años. A esta edad debe comprobarse que el canino esté erupcionando correctamente; si no es así, puede deberse a impactación dental (el diente no consigue atravesar completamente la encía), o a una desviación de su trayectoria correcta.
Tercer periodo: Erupción de los terceros molares o muelas del juicio o cordales. Su aparición en la boca es muy variable, considerándose normal desde los 15 a los 30 años. Es muy frecuente la agenesia (desarrollo defectuoso) de este diente.

Es normal que tu peque se asuste cuando sus dientes comienzan a aflojarse y se angustie por su pérdida. Nosotros los papás debemos explicarles que se mueven y se van a caer porque quieren salir otros dientes los cuales son muchos más grandes, fuertes y lindos, para ocupar ese lugar. Este es el momento indicado para hablarle a tu niño del Ratón Perez! Puedes volver este proceso natural en una linda experiencia para tu peque.


Cuando el diente de leche empieza a moverse no hay que forzarlo y tampoco tocarlo con la lengua o con los otros dientes, ya que así se podría dañar el diente definitivo o la encía. Solo si el diente está muy suelto, tanto que molesta al niño, se puede quitar. A medida que los dientes definitivos crecen y empiezan a salir, empujan a los anteriores, provocando que éstos últimos se desprendan.

La caída de los dientes de leche y la salida de los dientes permanentes es un momento oportuno para inculcarle a tu peque la importancia de tener un cuidado dental apropiado durante toda la vida. Entre los consejitos que puedes darles a tus hijos para que tengan unos dientes sanos, están los siguientes:

Enséñales sobre la importancia de lavarse los dientes después de cada comida para mantenerlos limpios y evitar las caries. Puedes lavarte los dientes con ellos para indicarles cómo.
Indícale que el uso del hilo dental es indispensable y que es bueno hacerlo por la noche, antes o después de lavarse los dientes y antes de irse a dormir.
Evita que tus hijos coman entre comidas, especialmente las que contienen mucha azúcar como sodas y caramelos. Esto puede hacer que aumente la aparición de caries.
Adicional llévalo al odontólogo regularmente y recuérdale a tu peque que esos dientes son para toda la vida y que deben cuidarlos para tener siempre una sonrisa sana y bonita.











¡A dormir toda la noche!
Por: Viviana Cervantes.

Durante esta semana, queremos compartir con todas las mamitas de El Oficio de ser Mamá las experiencias que hemos tenido con nuestros peques a la hora de definir sus patrones de sueño.
Debo confesar, que desde el momento de mi embarazo, pensé en aquello que todo el mundo te repite apenas das a conocer la noticia de tu dulce espera, ¡Adiós a las noches de sueño! Si, debes prepararte, pero no lo hagas para no dormir, sino para ayudar a tu peque para que, desde que está en la pancita se acostumbre a pasar noches completas de lindos sueños.

¿Cómo lograrlo? Establecer una rutina de sueño para tu bebé, puede empezar desde el 3er trimestre, ayudándote con una linterna, cartulina y papel celofán, ya que dando color a la luz y utilizando la cartulina para crear un cono entre la linterna y tu panza, puedes estimular a tu bebé explicándole que la luz implica dia, actividad, significa estar despiertos y realizar las actividades como comer, bañarse, etc, al hablar con tu bebé, puedes decirle, que una vez haya nacido, durante el día jugarán y que van a disfrutarlo de principio a fin!.

Sin linterna, pero con la cartulina, ahora en la segunda parte del ejercicio de estimulación, vas a colocar tu cara cerca de tu panza y la cubres con cartulina, una toalla o algo similar, y sin luces, habla con tu bebé, y dile que ya es de noche, y que la noche implica sueño, descanso e incluso, canta una canción de cuna, para que junto a ti, se relaje y disfrute de una linda noche.

Una vez ha nacido tu bebé, tu meta debe ser que a los 6 meses pueda ya pasar una noche completa de sueño. La mayoría de los bebés despierta por lo menos una vez en la noche, sin embargo debe distinguir entre día y noche, y dormir por periodos cada vez más largos.

El principal motivo por el cual tu bebé despertará en la noche es hambre, así que puedes prevenirlo acostándolo satisfecho, luego de amamantarle hasta que dé señales de no querer más o con un tetero “bien cargado”, asegúrate de que esté con ropita adecuada, con un pañal limpio y con una temperatura agradable en su cunita, ya que todos estos factores influyen en la comodidad de tu bebé a la hora de dormir.
Si definitivamente y a pesar de tu mayor esfuerzo no consigues una noche completa de sueño de  tu bebé, puedes recurrir a algunos métodos que relacionamos a continuación:

Dale seguridad: debes hacer sentir a tu bebé que estás a su lado; una vez despierte, o si simplemente, no quiere concebir su sueño en horas tempranas de la noche, acuéstale en su cuna, dile que es hora de dormir, y sal de la habitación, seguramente va a llorar, así, que vas a repetirlo una vez lo haga, varias veces si es necesario y así sentirá tu respaldo.

Tradicional: o el método de las abuelas, ¡seguramente, el que aplicaron con nosotros! , si lactas, y tu bebé en algún momento de la noche o madrugada pide ser alimentado, ordéñate y deja listo un tetero, o en caso que utilizar fórmula, prepara uno,  y pide la colaboracion de algún familiar, idealmente el papá de tu bebé, para que no seas tú quien atienda a tu bebé. Muchas veces no se despiertan por necesidad de alimentarse, ¡sólo quieren un poco de tiempo con su mami y ser consentidos!
Es importante, que cada vez que un bebé sea atendido en horas de la noche o la madrugada, no se utilicen luces fuertes,  deben ser lo más tenues posible. Evita el contacto visual y no le hables a tu bebé y menos con tu voz de mamita consentidora.
En caso que no funcione ningún método, puedes recurrir al método del llanto controlado, un poco extremo para muchos, así que si decides aplicarlo, que sea como último recurso.
Llanto controlado: éste método tiene sus pros y sus contras, pues a muchos padres no les agrada la idea de dejar a sus peques llorar por tiempo indefinido, ya que el objetivo es que el bebé pueda calmarse por sí sólo y por periodos cada vez más largos. Una vez acuestes a tu peque empiece a llorar, ya sea al acostarlo, o a media noche/madrugada, debes salir de la habitación y regresar para calmarlo cuando haya pasado el tiempo determinado, mínimo 1-2 minutos y máximo 20, aumentando poco a poco noche tras noche. Se necesita de mucha firmeza para poner en marcha esta tecnica y se debe contar con el apoyo de la pareja.
Importante, no importa cuán desesperada estés por dormir o por calmar a tu bebé, ¡es un error gigante poner a tu peque a compartir cama contigo! Que los bebés duerman solos es un hábito, y como tal, debe ser orientado por ti.

Por último, para lograr que tanto tu bebé como tu puedan dormir toda la noche, te recomendamos establecer diferencias entre las siestas y el sueño nocturno; si te es posible, durante el día en un corral y con las cortinas abiertas,  la cuna exclusiva para la noche.
Durante el día, estimula a tu bebé, manténlo ocupado todo el tiempo que te sea posible, esto le permite concebir el día como un espacio para socializar, divertirse y aprender, también estará más cansado al momento de ir a la cama.

Esperamos que este artículo sea de gran ayuda para aquellas mamitas que se encuentran actualmente trabajando en los ciclos de sueño de sus peques.  ¡Las invitamos a compartir sus experiencias con nosotros!

Cualquier duda  o sugerencia escríbeme a mi correo viviana.cervantes@hotmail.com


Otitis media en nuestros niños
Por: Viviana Cervantes.

En este artículo vamos a darte toda la información que necesitas para manejar esta infección y acompañar a tu peque en caso que lo padezca. Paso a paso vamos a explicarte que es la otitis media, los distintos tipos de otitis, las causas y con detalle vamos a describir para ti qué pasa dentro del oído de tu peque cuando está infectado. 
La otitis media es una infección del oído. Al cumplir los 3 años, tres de cada cuatro niños habrán tenido otitis media. La infección del oído es una de las enfermedades más comunes que afectan a bebés y a niños pequeños. 
Hay dos tipos comunes. El primer tipo se conoce como otitis media aguda. El oído se infecta e hincha con líquido y mucosidad que no pueden salir. Este tipo de infección puede ser doloroso.

El segundo tipo se conoce como otitis media serosa. Después de una infección, quedan líquido y mucosidad dentro del oído. Este tipo de otitis hace que sea difícil para el oído luchar contra nuevas infecciones. Tu peque puede tener problemas para oír a causa del líquido que se queda dentro del oído.

Usualmente, la otitis media es causada por virus o bacterias que entran al oído y lo infectan. Es común después de otra enfermedad, como un resfriado. Esto quiere decir que si un niño se enferma de un resfriado, sus oídos pueden verse afectados. Es más difícil para los niños combatir enfermedades que para los adultos, por eso las infecciones del oído son más comunes en los niños. Los científicos creen que otros factores, como el humo de cigarrillo, pueden facilitar las infecciones del oído. Cuando los oídos están infectados, las trompas de Eustaquio se inflaman y se hinchan. Las adenoides también se pueden infectar. Las trompas de Eustaquio están dentro de los oídos. Mantienen estable la presión del aire dentro de los oídos. También dejan que entre el aire en los oídos. Las adenoides están cerca de las trompas de Eustaquio. Las adenoides son grupos de células que luchan contra las infecciones.

Cuando las trompas de Eustaquio están hinchadas e infectadas, es común que se tapen con líquido y moco de un resfriado. Si se tapan las trompas de Eustaquio, quedan atrapados aire y líquido dentro del oído. Es más difícil que el líquido salga del oído de un niño porque en ellos las trompas de Eustaquio son más pequeñas y más rectas que en los adultos. Por eso también las infecciones del oído son más comunes en los niños. Por lo general, las infecciones son dolorosas.

La otitis media influir en cómo escucha tu peque, ya que puede causar dificultad para oír, aunque solo de forma pasajera. Es posible que el niño tenga problemas para hablar y comunicarse por algún tiempo. Si no recibe el tratamiento adecuado, estos problemas pueden agravarse. 

No siempre es fácil saber si un niño tiene una infección del oído. A veces tiene que observarlo con mucho cuidado. Es posible que tu peque tenga una infección del oído antes de que aprenda a hablar. Si todavía no puede decir "me duele el oído", tendrás que buscar otras señales para confirmarla. Si notas algunas de estas señales, debes inmediatamente llevar a tu niño a un especialista!

-Se frota o tira de las orejas.
-Llora más de lo normal.
-Le sale líquido del oído.
-No duerme bien.
-Tiene problemas de equilibrio.
-No oye bien.
-No responde a sonidos suaves.

Cualquiera de estas señales puede indicar una infección del oído.

El médico examinará al niño y le dirá si tiene una infección bacteriana o viral y de ello dependerá en tratamiento, que incluirá antibióticos únicamente si se identifica que ha sido causada por una bacteria.

El médico también puede recetar medicamentos para aliviar el dolor de oído del niño, como por ejemplo el acetaminofén. Los medicamentos para la alergia ("antihistamínicos") o para aliviar la congestión nasal ("descongestivos") no sirven para prevenir o tratar la otitis media.

Debes asegurarte de seguir al pie de la letra las instrucciones del médico ya que de esto dependerá el éxito del tratamiento, dale a tu peque las dosis completas, a la hora indicada y por el número de días que te indica el médico, puedes ayudarte creando una agenda y colocándola en un lugar visible como el refrigerador. Si el médico tratante considera que tu peque requiere de una nueva cita de control, debes asistir aún si consideras que ya tu peque ha superado la infección.

Todas las mamitas queremos lo mejor para nuestros peques y sufrimos al verlos enfermitos, así que a continuación algunas cosas que puedes hacer para que tu niño corra menos riesgo de tener otitis media. Lo mejor que puedes hacer es prestar atención. Identifica las señales de alerta de una infección del oído y permanece siempre atenta si a su niño le da un resfriado.

Importante: no fumes cerca de tu peque. El humo del cigarrillo daña la parte de adentro que suele ser muy delicada.

En El Oficio de Ser Mamá esperamos que sea de gran ayuda éste artículo que con cariño hemos preparado y que compartas con las demás mamitas tu experiencia, en caso que tu peque y tu hayan vencido una infección del oído.

Cualquier duda  o sugerencia escríbeme a mi correo viviana.cervantes@hotmail.com

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