viernes, 23 de agosto de 2013

No tan multitasking


Debo iniciar éste post haciendo una confesión desde lo más profundo de mi alma, y es que yo no soy una mamá multitask, o al menos no siento que lo sea, y es así porque simplemente mis ídolas maternas, muchas de las cuales comparten blog conmigo, hacen de todo, pero yo no, yo le cocino muy pocas veces a Pellusa, de ella se encarga más que todo mi madre, hacemos tareas, jugamos, pero de la lidia diaria de ella yo no me encargo, y me siento mal por eso, yo quisiera hacerle todo, pero no puedo.
Esto no siempre fue así, como les he dicho muchas veces, yo pasé la mayor parte de mi embarazo incapacitada, cuando se acababa la licencia de maternidad, llamé a quien era mi jefe a nivel nacional, y me dejó claro que mi futuro en la empresa era incierto, y no por ella porque ella es muy buena gente, por las directivas de la sucursal en la que yo trabajaba, afortunadamente, y gracias a uno de esos ángeles amigos de los que estoy rodeada, me llamaron a trabajar en interventoría, por un salario básico similar al que tenía en la Guajira (eso sí sin soportes extralegales), pero trabajaba tres días a la semana, mientras estuve allí pude encargarme de mi niña y verla crecer y lo más importante amamantarla exclusivamente 5 meses y medio, esa oportunidad fue genial y debo decir que mi gratitud será eterna con mis jefes en ese proyecto, porque contratar a una mujer q aún está en licencia de maternidad es algo rarísimo en nuestro bastante machista país, allí trabaje 10 meses, así que me gocé muchísimo el primer año de mi Pellusa, pude estar presente en momentos especiales como su primera palabra, su primer gateo, su primera palabra que fue mamá, entre otros.

Pasados los 10 meses, apareció una nueva oferta laboral, que duplicaría mis ingresos, pero en la que debía trabajar todos los días incluso los sábados, y allí fue que empecé a dejar de hacer casi todas las cosas de mi Pellusa, es más al principio del proyecto en el que me tocó hacer todo el montaje documental, ya ni siquiera podía dormirla, porque debía trabajar hasta altas horas de la noche, porque en el campamento aún no teníamos luz, fue terrible, me tocaba darle el pecho sentada frente al computador, y se siente horrible no poder dedicarle más tiempo a tu bebé. Ya cuando disminuyó el trabajo ella no quería dormirse conmigo, se tomaba la teta y se iba donde la abuela, yo me sentía fatal, lo otro es que el trabajo tenía una demanda física importante y llegaba a la casa molida, y mi cansancio chocaba con la energía de Pellusa y eso en muchas ocasiones me desesperaba y me hacia estallar, en muchas ocasiones desee no tener trabajo y poder estar con mi niña y que creen se me cumplió, el año pasado estuve 4 meses cesante, afortunadamente con la empresa para la que trabajo volvimos al proyecto y hasta me ascendieron.
Ahora ya no trabajamos los sábados y he aprendido a equilibrar el tiempo de Pellusa, no es fácil y siguen habiendo noches en las que toca trabajar, pero son muchísimas en las que nos dormimos juntas y abrazadas, y lo más genial de mi día suele ser cuando me espera en el balcón del apartamento con una sonrisota que ilumina el mundo, no hay momento más feliz que cuando abro la puerta y ella grita desde arriba: “Mami eres tú” y siento su emoción cuando yo le respondo “siiiii!!”.
Hice un cambio en el horario y ahora entramos más temprano y salimos más temprano, así que me da chance algunos días de hacerle comidita sencilla, porque para las artes culinarias soy más bien malita, ayudarla con las tareas que vinculan actividades artísticas, porque las otras las hace apenas llega, y debo confesar que es una delicia.

Yo creo que lo realmente importante es dedicarle tiempo de calidad a los hijos, que cada cosa que hagamos con ellos sea memorable y especial, así sea estar arrunchados en la cama viendo guerra de pastelillos (cupcake war), aprender que no hay logro profesional que se compare con la sonrisa de un hijo, que si bien como seres integrales también necesitamos un desarrollo individual, no podemos permitir que el trabajo absorba tanto de nosotros, cada dimensión debe tener su tiempo y su espacio y en lo posible tratar que se crucen lo menos posible, especialmente cuando muy pocas mamitas trabajadoras cuentan con la suerte de tener a su madre como nana y muchas menos la opción de trabajar desde casa con una buena remuneración.


jueves, 22 de agosto de 2013

Mamá trabaja en casa


Son varias las madres que como yo han decidido, al menos por un tiempo, trabajar desde casa. Reorganizaron sus vidas y se propusieron que si bien querían pasar la mayor parte de su día con sus hijos no dejarían de ser profesionales. Algunas cambiaron de carrera y otras -un ejemplo soy yo escribiendo de maternidad desde la sala de mi casa cuando Alana duerme– modificaron su oficio.
Y aunque la idea suena estupenda: tú trabajas mientras tu adorado tesoro juega tranquilito. La realidad es diferente: tú trabajas mientras tu adorado tesoro se acerca cada dos minutos y te dice, “mami, mami, mami”. ¿Cómo cumplir con los dos roles a la vez? No hay soluciones mágicas pero comparto lo que he aprendido en el año y medio que llevo haciéndolo.
1. Antes de tomar la decisión conversar con la familia. Trabajar por cuenta propia significa que el flujo de dinero varía. Por eso es importante sacar cuentas y saber a qué nos enfrentamos.
2. No todos los días son iguales. Hay unos más productivos que otros. Lo importante es aprovechar el tiempo que se tenga. Roma no se hizo en un día.
3. Distribuir las tareas de acuerdo al horario del bebé. Yo trato de responder correos y hacer llamadas telefónicas cortas mientras mi hija Alana, de 17 meses, juega, y dejo las entrevistas largas y la escritura para cuando duerme o me echan una mano.
4. Pedir ayuda. No siempre es una opción, pero si se puede recurrir a familiares, amigos cercanos o, si la economía lo permite, una niñera.
5. Entender que los ritmos de los niños son distintos. A medida que crecen se les puede enseñar que mamá está ocupada, pero mientras es pequeño hay que saber que su deseo de compañía es una necesidad, no un capricho.
6. Usar la creatividad. El secreto para que un niño permanezca solo por un rato es que esté distraído. Todo aquello que no atente contra su seguridad es válido: ver comiquitas, dejarlo sacar todos los zapatos del clóset, jugar con las ollas de la cocina, darle una caja de cartón o un par de revistas viejas para que las destruya.
7. Apoyarse en la tecnología. Las esperas -en el pediatra, en la cola del supermercado o en el parque mientras juega- son estupendas para adelantar lecturas o responder emails con la tableta o el celular.
8. Conversar con el niño y hacerlo partícipe. A Alana le encanta cuando la siento a mi lado, le doy un cuaderno y unos colores y le digo que ella también va a trabajar.
9. Aceptar la nueva realidad. Trabajar desde casa cuando hay un niño presente toma tiempo pero es una etapa. Como me dijo una amiga mamá que pronto debe reincorporarse a la oficina “el periodismo siempre va a estar ahí, disfruta a Alana mientras está pequeña”.
Tomado del blog @ErikaTipoWeb  

Voto por 'teletrabajar' y no por la experiencia como 'telemamá'

Por: @aidamar

Este post lo hago motivada por 'El Oficio de Ser mamá', así se llama la iniciativa virtual a la que sigo hace unos meses. El tema de la semana hizo que me identificara y reaccionara con mi participación. Así es la interacción y la dinámica de las redes sociales. Así que aquí voy con mi aporte personal.
Soy de la generación de mujeres que fueron esculpidas por el perfil de las "Supermamás" delos años 60's. Crecimos así, viendo a nuestras madres batallando con el día a día del oficio del hogar y la exigencia laboral. Para fortuna de algunas, era solo medio tiempo de trabajo según vinculación, sin embargo el afán de demostrar que se podía con los dos roles de mamá solo quedaba el agotamiento y el estrés por cumplir. Ese era el modelo apropiado para salir adelante: un apoyo para el oficio doméstico, correr en todo y tratar de no caer en todos los malabares.

Prioridad para ser mujeres exitosas: formarse y trabajar, la maternidad o ser esposas era algo que si llegaba bien, si no...en fín, era decisión de cada cual. Con esto podrán deducir que soy mamá, pero no tan a temprana edad. Así que siento que cumplí con el modelo que mi madre me inculcó y creo que en eso ella está de acuerdo. Pero, qué había luego de ello? Una formación así me haría en teoría una 'Supermamá', pero la práctica, la vida es otra cosa.

Me casé, a los dos años salí embarazada y en medio del pechiche de mi esposo y compañeros de trabajo salí victoriosa los 9 meses. El período de lactancia de 3 meses activaron el 'chip mamá' y empezó a darse la experiencia real. Uno no se hace madre al concebirlos, el curso continúa con la crianza y el acompañamiento. Y yo pretendo hacer todos los niveles.

La exigencia social, laboral y emocional a una mujer #MadreTrabajadora no permite vivir la experiencia única e irrepetible para muchas, como en mi caso. Decidir entre los hijos, su crianza y el trabajo es complejo frente al tema de estabilidad económica, pero no hay dinero que pague la tranquilidad, salud y vida que ofrece la llegada de hijos a una pareja. Antes de tomar la decisión de dejar mi empleo de 13 años revisé las experiencias de mis compañeras de trabajo, de mis amigas, de mi propia mamá y llegué a una conclusión, esa sería mi vivencia, la propia, la única. Y si era de poner prioridad a mi felicidad, la lista la iniciaba la vida de mi hija, lo demás tendría solución, con el apoyo y respaldo siempre de mi esposo.
La presión de no perder vigencia ni vinculación me llevó a actualizarme, la exigencia de los aprendizajes con mi hija, me llevaron a prepararme en redes sociales y gestión de contenidos virtuales. Mi experiencia unida a las ventajas de teletrabajar me tienen ubicada en esta coordenada actualmente. Para fortuna mía y de mi hija, la decisión me ha conducido al trabajo del futuro, en el que se percibe una gran competencia y exigencia mundial.


Cumplir horarios exigentes en una oficina como si el hogar no existiera, puede ofrecer satisfacción personal pero la calidad de vida como mujeres, madres y seres humanos se afecta muchísimo y lo más frustrante, nuestro hogar se desarrolla sin presencia nuestra. Claro que esto es una decisión individual, lo que me hace feliz a mi puede no ser la felicidad para otro. Pero quiero dejar constancia que no dejamos de ser excelente profesionales si sabemos cumplir objetivos, tiempos de entrega, desde cualquier lugar, con dispositivos que nos ofrecen las nuevas tecnologías y el internet. Voto por 'teletrabajar' y no la experiencia como 'telemamá'.

Tomado del blog "Panel sin Fronteras"

miércoles, 21 de agosto de 2013

No es fácil ser: madre, esposa y ama de casa.

Por: @madrenovata

"Madres que decidimos y tenemos la oportunidad de trabajar por nuestros hijos y nuestro hogar, convirtiendonos así en Madres y Amas de casa de tiempo completo."


No es fácil ser: madre, esposa y ama de casa.
Las madres no somos de hierro, también sentimos el cansancio del día a día. Ser Madre, Esposa y Ama de Casa, no es nada fácil, son tantas funciones y hay días el tiempo no me alcanza para tanto.
Muchas personas critican a las madres que se quedan en casa, cuidando a sus hijos, su hogar; piensan que nos quedamos viendo TV o jugando, cuando en realidad cumplimos con muchas labores.
  • Lo primero es atender a nuestros hijos (cuidado, alimentación, escuela, juegos, etc.)
  • Ser ama de casa es un trabajo sin horario, desde que se levantan hasta que se acuestan. (Teniendo en cuenta que muchas veces los niños están enfermos, o no pueden dormir, etc., y nos toca desvelarnos).
  • Además de todos los quehaceres de la casa nos toca salir hacer compras, al banco, a reuniones, etc.
  • Ayudar a realizar las actividades escolares, además de las actividades que realizamos para que ellos se diviertan en casa, (juegos, arte, manualidades, etc.)
  • Y no olvidemos el papel de esposa y mujer.

Mantener el hogar ordenado, es un trabajo duro y absorbente, mi hija va a la escuela de 7: 30 a 12:00 y en ese tiempo intento hacer muchas cosas para cuando ella llegue tener el tiempo para dedicárselo, compartir y hacer las actividades que a ella le gustan. Debo aclarar la casa de ve ordenada mientras está en la escuela, apenas llega reguero de juguetes y cosas.
Muchas veces dejo de ser ama de casa por muchas horas, pero Madre nunca y mi pequeña me exige cada día más, a ella no le niego mi tiempo, porque este se va muy rápido, ella crece y no la disfruto, por eso siempre mi Princesa, es la primera en todo.

Cuando deseamos que la maternidad sea nuestra única profesión y trabajo

Por: Elisa Santodomingo
Mi  nombre es Elisa Santodomingo,  soy madre primeriza de un hermoso niño que se llama  Andres David,  tiene 1 año y 3 meses.  Durante mi embarazo trabaje hasta  la  ultima semana de gestación, y cuando confirmamos mi embarazo la naturaleza hizo lo suyo! Automáticamente activo mi chip de maternidad  y entonces comprendí que sin descuidar mis obligaciones y responsabilidades laborales, la prioridad es mi hijo.
En el proceso de estimulación intrauterina  cree rutinas  como por ejemplo explicarle siempre cada actividad que iba hacer, en la noche cuando organizaba las cosas para el día siguiente siempre le explicaba, y hasta le pedía opinión! Ups parece de locura!!.  Esta rutina sigo manteniéndola y me permite compartir tiempo con el y explicarle porque mama tiene que ir a trabajar, al regresar del trabajo es infalible y sagrada  nuestra hora de juego, durante la jornada laboral y en la medida que me sea posible llamo por teléfono y pido que lo pongan al teléfono, le doy algunas indicaciones ( pórtate bien, come tus alimentos, mama  y papa te aman mucho, nos vemos mas tarde, y quien es el príncipe? )
Considero que como madre trabajadora todo los días tengo nuevos retos y aprendizajes maravillosos, he aprendido a tener un buen manejo el tiempo, de tal forma que no tenga que llevar trabajo a la casa, para que nuestra hora de juego no se afecte,  he aprendido a decir No a los jefes, que cada día es diferente aun cuando existan  rutinas, duele siempre y genera ansiedad dejarlos, sobre todo porque siempre notas una necesidad de atención y afectiva diferente, algunas veces te despides bien  y otras hay llanto y una fuerza  inimaginable de esa pequeña personita que se aferra a ti para que no lo dejes, sin importar cuantas veces lo haga en la semana siempre surte el mismo efecto en mi: Lagrimas y un deseo de quedarme.
Hoy valoro a las madres que por decisión y convicción son las  que cuidan a sus hijos y llevan el timón del hogar y admiro a las madres que al igual que yo decidieron también por convicción  trabajar y sacrificar otros aspectos de la vida por sacar la familia adelante, nunca antes había sido tan fuerte y valiente en la vida, hasta que nació Andres David.
Cada día trae su afán y así hay que vivirlo  nuestros hijos merecen tiempo de calidad, y finalmente ellos a su manera y en su lenguaje nos hacen saber cuándo algo está bien o está mal.
Muchas gracias al oficio de ser mama  por promover estos espacios que son de una experiencia invaluable desde todo punto de vista

Trabajando y cuidando hijos... ¡Una dura tarea pero gratificante!


Realmente hace unos pocos días, ya ni recuerdo exactamente, tendría que echar para atrás y ver la fecha, decidí activar este blog. Pero, una vez tomada la decisión, surgió otro dilema (el más complicado)... ¿qué rayos iba a escribir aquí?

Si bien, la decisión de retomar este blog se fundamentó en que como bien saben, o bueno ahora te estás enterando, me encaaaaaaaaaaaaaaaanta escribir. Considero, y así me lo han dicho, que me comunico mejor por medio de la escritura. Ante esto, aprovecho para darle gracias a Dios por darme este talento, pues por ello soy hoy Comunicadora Social y Periodista. ¡Sí! Me decidí por esa profesión por mi amor a la escritura. ¿Saben? Aunque me gusta escribir, soy de poco leer. ¡Y esto es una paradoja! porque dicen que para poder escribir hay que leer mucho. ¿Saben otra cosa? Darme cuenta de eso, que soy así, me hace sentir como esas personas que les gusta que las escuchen, pero no les gusta escuchar. Mmmm.... ¡qué mal! ¿Verdad? Pero bueno...mucha cháchara y ¡al grano!

Realmente este post de hoy lo hago inspirada e impulsada por el blog "El oficio de ser mamá" ¡Si eres una mamá, te lo recomiendo! Lo empecé a seguir hace muy poco, por accidente tal vez...¡Sí, creo que fue así! Un día, no sé cómo llegó a mi timeline de Facebook, una publicación interesante de ese blog y empecé a seguirle la pista. Y hoy me tiene escribiendo mi primer post oficial ja, ja. Muchas gracias.

Pues sí, en esta semana, dicho blog inició una campaña para que las mamás compatieramos nuestra experiencia como #MamásTrabajadoras. Y sentí que era hora de hablar...Y qué mejor medio que por aquí, en mi espacio, en donde puedo y quiero ser libre, en donde quiero expresar realmente todo lo que siento frente a este tema, así que ahí voy. ¡Taraaaaaaaan!

Soy madre de dos niños, María Elisa de 4 y Jesús Elías de 1. No es tarea fácil cuidarlos y trabajar "medio tiempo", pero por fortuna y como digo yo: porque Dios me ama mucho, he encontrado el trabajo adecuado, el perfecto... el #TeleTrabajo (trabajar como freelance, en mi caso virtualmente). Para trabajar, no tengo que moverme de mi casa, yo reparto mi horario, el pago no es una millonada, pero es una ayuda para mi hogar. ¿A quién no le cae bien unos pesos en el bolsillo? y ¿más si haces lo que te gusta?

Este trabajo llegó solito a mi vida. Aún recuerdo que una amiga me lo recomendó, mi hijo menor tenía si acaso como dos meses de nacido, yo no buscaba trabajar. Ella me insistió en que lo tomara, mi esposo y yo lo vimos bien, pero por dentro yo estaba llena de miedos... por la responsabilidad del tiempo que merecía el nuevo empleo y por supuesto la crianza de un nuevo hijo. Yo estaba recién parida, prácticamente. La situación no era como cuando decidí trabajar mientras sólo tenía a mi primera hija, pues les confieso también que para ese entonces yo sí buscaba empleo, ya ella estaba más grande en comparación al bebecito. María elisa ya estaba en edad para iniciar su preescolar, así que mientras ella iba a sus clases y mi esposo a su trabajo, yo podía ir a la oficina o trabajar desde casa. Y bien, conseguí un empleo semi presencial, en el que alternaba mis labores como ya les comenté: desde casa algunos días y otros iba a la oficina.  Ese trabajo no duró mucho, salí en embarazo de mi segundo hijo y decidimos nuevamente quedarme en casa, exclusivamente, a vivir mi segunda gestación.

Quiero aprovechar para compartirles que desde que me casé,  mi esposo y yo hicimos casi que un pacto: él saldría a la calle a buscar la 'papita para comer' y yo me quedaría en la casa con los niños. Y así  nos hemos sentido mejor sinceramente. Este pacto se resumen en como dice el refrán: el que tiene tienda, que la atienda. No es por cuestión de machismo, para nada. Lo que pasa es que ninguno de los dos quiere que nuestros hijos sean criados por nadie distinto que su propia mamá, ya que tenemos la plena convicción que así es mejor, en todo sentido. Pero bueno... no todas las familias pueden hacer eso, pues la economía muchas veces apremia. Y sí, nosotros hemos pasado las verdes, las maduras, y ¡hasta las  podridas! pero Dios ha provisto de todo y hasta un poco más de lo esperado... y ante esto, actualmente bien podría darme el lujo de decir: no trabajo más. Pero no dejo mi trabajo a pesar de esto, no sé si por terquedad o qué sé yo. O bueno, también es por que siento que debo oxigenarme un poco, pues no todo es ser mamá, esposa, etc... también mi realidad es que tengo una profesión y si con ella puedo servir, y entrentenerme, ¿qué más entretención que escribir? Sí, me pagan por eso, por escribir :) Y pues como dije lo que gano no es mucho, pero así sea que lo que gane me alcance para la mensualidad del colegio de mi hija (por decir cualquier cosa)... con eso siento que también aporto.

Les confieso otra cosa, muchas veces me siento fatigada, porque se me juntan increíblemente como si la Ley de Murphy me persiguiera: las cosas de la casa, los niños, las responsabilidades con el trabajo, el trajín del matrimonio (porque quien esté casado sabe que no es fácil ja, ja). Cuando pasa eso, me aturdo y digo: no trabajo más, me dedico a mis niños del todo... ¡No soy la mujer maravilla! Pero luego, las aguas se calman y con la ayuda de mi esposo, empezamos a ver posibles soluciones, en vez de quedarme en los problemas, y aquí sigo: dándole al teclado, escribiendo.

Para poder trabajar ahora, con los dos niños, me ha tocado volver a ser disciplinada y estricta con los horarios, como cuando estaba en el colegio je, je. Sin importar a la hora que me haya acostado, de lunes a viernes, me levanto a las 6:00 a.m. y hasta las 7:15 am me dedico a alistar a mi hija y a mi esposo para que se vayan a su colegio y a su trabajo, respectivamente. A partir de ahí y hasta las 8:00 a.m tomo tiempo para mí, a esa hora empiezo mi jornada laboral. Poco después, a las 9:30 a.m. me vuelco hacia el niño menor hasta las 11:00 a.m. En esas horas lo baño, lo alimento, juego con él, etc...mientras que también voy dándole las instrucciones a la señora que contratamos para que se encargara del aseo y la comida de nosotros. ¡Porque imagínense antes yo hacía también todo eso! Era una locura, me estaba reventando totalmente.

Sigo... a las 11 a.m hasta la 1:00 p.m. trabajo formalmente, a esa hora suspendo, almorzamos en familia y lo que queda del día lo compartimos en familia. Sin embargo, como mi trabajo lo exige no puedo descuidar la labor así no más, entonces cada hora le 'echo un ojito' al smartphone, y desde ahí monitoreo mi #teletrabajo... pero sólo un poquito, porque la idea es trabajar realmente el medio tiempo y el resto a mi familia. ¡Bendita sea la tecnología!

Fabulosamente, mi trabajo ha rendido mucho más, ahora en el último mes, que fue cuando decidimos hacer esta rutina muy disciplinada, pero que a veces se sale de las manos porque los niños no son unos robots y salen casi siempre los imprevistos: que si el bebé hoy se despertó mas temprano, que si se enfermaron los chiquitos al mismo tiempo y entonces se les corren las horas de descanso a ambos, o en el peor de los casos no durmieron bien y por ende... ¡yo tampoco!... Pero bueno, ahí vamos sorteando las situaciones. Me los echo al hombro a los dos y de paso a mi trabajo también.

Ya para finalizar, porque no quiero aburrirlos, como lo dije en el párrafo anterior he aprendido en este ejercicio de este último mes que la cuestión y la clave para tener éxito como #MamáTrabajadora es de disciplina. Sí se puede trabajar y cuidar a los hijos. Al menos en mi caso, desde casa.

Sin embargo, tooooooooooooodos los días, sigo pidiéndole a Dios que me muestre las señales: si de verdad lo que pienso es así, si es lo que me conviene. O si definitivamente, me olvido de esto de trabajar, y me quedo tranquila, sin unos pesos menos, pero de lleno con mis hijos. Es cuestión de discernimiento en medio de una confusión natural como mamá. No es fácil, no es fácil. Pero ahí voy...

Tomado del blog: eL MunDo de La Ñaña

Orgullosa de ser una exitosa #MadreTrabajadora

Por: @vivianvanessac



Después de mucho tiempo, aprovecho para compartir con ustedes mi experiencia como mama arquitecta…
Debía despedirme de mi cielo para volver a mi trabajo un frió jueves del mes de abril, con lagrimas en los ojo lo deje donde las abuelas quienes se encargarían a partir de ese momento de cuidar y darle todo su amor a mi pequeñito, tan indefenso, tan frágil, con tan solo 90 días de nacido, para mi sorpresa al llegar al sitio de trabajo me recibió “ una contadora” ni siquiera nadie de recursos humanos ( creo que en esa empresa no existía ese departamento) y me dijo Vanessa tu contrato es por duración de obra y en este momento la obra termino "gracias por todo chao", jajaja tome mi celular y con una gran sonrisa en mi cara llame a mi esposo (NOS VAMOS A CASARRRRR) y le dije mi amor voy a estar con Manuelito nuevamente, sin tener muy claro lo que estaba pasando ( económicamente) Salí del sitio con gran felicidad a ver a mi pequeñito, un poco confundida en ese momento por la decisión que esta empresa estaba tomando, pero con la satisfacción de ser una mujer profesional, una nueva buena mamá, con un compañero inmejorable, un hijo maravilloso y el apoyo de mis papas y mis suegros, respire profundo con lagrimas en los ojo, llegue a darle mil besos a mi hijo y a agradecerle a Dios por permitirme esos momentos extras con mi pequeño, con un panorama laboral nada claro, pase los mejores días de mi vida ese fin de semana sabiendo que el lunes siguiente debería preocuparme nuevamente por conseguir trabajo, con el paso de los días y gracias a un colega que más que eso es como el hermanito que nunca tuve, se vieron grandes oportunidades de trabajo como independiente, desde mi casa podía trabajar mientras atendía a mi pequeño, a la hora que quisiera, sin madrugar a nada más que ver su linda cara, lograr dedicarle mucho tiempo con el que no contaría si estuviera en esa empresa.

Logré dedicarle gracias a Dios 4 meses más de los que me imagine, disfruté todo ese tiempo con mis hombrecitos en casa, aprendiendo cada día a ser mama “UNA BUENA MAMA”, en agosto (hace un año), emprendí una gran aventura en un empresa que me exige mucho, y limita mucho el tiempo con mi hijo, por las grandes responsabilidades que tengo, sin embargo el apoyo de mi esposo, la ayuda de mis papas, mis suegros y tomar la decisión de que Manuelito empezara la maravillosa aventura del JARDIN, me dan el día de hoy la satisfacción de saber que el haberme echado de esa “empresa” fue lo mejor que me pudo a ver pasado en su momento, y si al día de hoy por mi carrera y lo que me exige  el trabajo no me permite compartir las 24 horas del día con mi hijo como quisiera, puedo decir que las horas que le dedico y las 3.000 llamadas que hago diariamente al jardín y a sus abuelas me dan la tranquilidad de que lo estamos haciendo muy bien…

No todas las mamas tendremos las mismas oportunidades, por que las profesiones son todas muy diferentes algunas no nos permiten tener cierto nivel de independencia y lograr un nivel económico aceptable, sin embrago 5 minutos de una caricia, un beso, un abrazo, una canción etc. Le recordarán a nuestros bebes lo mucho que los amamos y que algún día Manuelito me mirara como miró hoy a mi mamá!!! Como una berraca luchadora y trabajadora por nosotras, que a pesar de su cansancio llega igual que yo a jugar y a consentir, que después de que se duerme, le arreglamos sus cosas para el jardín, y me levanto mas temprano que de costumbre para hacer su lonchera y desayuno que no me importan los trasnochos mientras sean a su lado, que sus pataletas me sacan de quicio pero al mismo tiempo me divierten, que sus caricias son tan fuertes como las mías, todas estas pequeñas cositas, hacen que cada uno de esos momentos que compartimos estén llenos del mas puro e inocente amor.

Así que para todas ustedes nuevamente vivan su maternidad como les dicte su corazón, sin prejuicios y con la convicción de que siempre están haciendo las cosas bien, que los concejos son validos y se pueden escuchar mas no siempre se debe hacer lo que los demás quieran!!!! 




Robandome 10 minutos de trabajo



En honor a este día a día y a este corre corre de la vida, me siento hoy tomando 10 minutos de mi actividad laboral a escribirte unas líneas querido compañero de viaje, amado Copiloto de mi vida.
Aprovechando que el celular se ha descargado y el correo electrónico sufrió un pequeño colapso, que mi jefe está en una de esas reuniones interminables, y que no levanto los ojos del computador mientras el universo se confabula yo te escribo…

Ya casi son dos años de ser madre, desde llevarte en mi vientre, trabajamos por distintas partes de Colombia, siempre contándote para donde y que íbamos hacer, ahora que no quieres bajarte de mis brazos, sigues acompañándome en este nuevo reto de ser madre y trabajar igual que antes, te cuento que esto no ha sido nada fácil; afortunada fui al poder quedarme contigo casi 15 días más de la licencia permitida para permanecer a tu lado,  los primeros días de regreso al trabajo confieso que fueron duros, terribles, mis ojos no paraban de soltar unas lagrimas gruesas y repetidas, creo que llamé a tu papá más de 10 veces al día, veía tus fotos te extrañaba tanto tantisisisimo!!! Eso no era todo, sufrí terribles dolores en mis senos, nadie me dijo que el sentimiento de extrañarte tanto hacia que se produjese mas leche materna y gracias a esto el temible fantasma de la MASTITIS apareció en mi vida y durante 8 días el dolor al amamantarte y estar lejos de ti fue de locos.

Así comenzó todo este nuevo capítulo de mi vida al que llamaré, confiando en Dios... Y es que esa frase se convirtió en mi diario vivir, aprendí a no llamar más de dos veces a tu papá o a tu nona Amparo, cuando comencé a viajar y a permanecer lejos de ti noches enteras confié en que Dios te arrullara en sus brazos y te hiciera dormir plácidamente sin sobresaltos, confieso que en esos días no dormía mucho (Aún en mis viajes no duermo), confié en que las personas que estaban pendientes de tus cuidados fuesen una extensión del amor de Dios y del mío propio para contigo y no me equivoque, más amor y cuidados no eran posibles, fuiste y eres aún el centro del universo de ellos.

Así pasó el tiempo y confié en Dios que todo el proceso de un traslado era el mejor y aun sigo en ese proceso, de nuevo me asalto la incertidumbre de quien iba a estar a tu cuidado, quien acompañaría todo el día a mi gato, y de nuevo aparece un Angel llamado Laly que es esa respuesta a todas mis oraciones. Tus Nonos y la Tía que en el día a día acompañan tu crecimiento y tu formación como persona, de ellos también siempre tendremos el apoyo necesario para que nuestras vidas sean menos complicadas.

Cuando algún día tengas la edad para leer esto sabrás y entenderás, que tu sonrisa y tu presencia al regresar a casa cada día fue mi aliciente para lograrlo cada mañana, ese contrato que firmamos  desde el momento en que nos encontramos en esta vida, sigue firme, aún en la distancia a varias cuadras de distancia, Kilómetros y quizás mares de por medio (algún día) sabrás que todo el trabajo ha sido por ti por los dos.

Cada noche doy gracias a Dios por este trabajo, por permitirme tener un sustento diario para ti, gracias a este trabajo Félix Tomás puedo arreglármelas para brindarte una vida cómoda, sin excesos o lujos innecesarios, este es mi ejemplo para ti, hay que ganarse las cosas en la vida, el esfuerzo siempre es recompensado, te dirán que todo es duro, otros te harán creer que es imposible, otros aun más audaces te dirán que no eres capaz… Yo día a día aprendo a ser mujer, mamá, profesional etc. Cada día es un aprendizaje vinimos aquí para ser felices, para admirar el mundo y los milagros que ocurren en él.

Me despido un poco afanada, ya los celulares comenzaron a sonar de nuevo, hay un requerimiento y la bandeja de correo está a punto de estallar, sé que estas bien que mi amor te llega a cada momento, y que la promesa de un nuevo día a tu lado será por el tiempo que Dios me de vida para amarte y trabajar por un mejor mañana.

Te amo tu mamá.

A trabajar se dijo

Por: @punketa

Hace poco más de un año decidí dejar de trabajar (o bueno, trabajar por horitas o cosas pequeñas), dedicarme a mi familia y en especial a mi hijo. Cosa buena esa de estar al lado de mi chicuelo, cuidándolo, estar pendiente de las cosas de la casa, poder compartir tiempos con la gente que quiero. Fue un buen momento porque aproveché al máximo con mi hijo que es lo que más amo sobre todas las cosas; estar pendiente de sus comidas, de su ropa, de jugar con él, acostarme con él en la siesta…. Momentos únicos que aproveché al máximo.

Ya la otra cara de la moneda de mis momentos con Eric es que si no hay trabajo no hay dinero. Esa es una triste comparación que todos sabemos. Los niños no vienen con el pan debajo del brazo y tampoco de amor se vive. A pesar de compartir momentos lindos con él, sabía dentro de mi que eso no iba a durar tanto porque la situación no estaba siendo la mejor y debía ponerle un pare al asunto y dedicarme también a mi vida profesional ya que la tenía un poco descuidada

Al fin encontré un trabajo por el que me siento muy contenta y por el que llevo algo más de un mes. Es un trabajo de tiempo completo que me requiere todo el día fuera, por lo que he descuidado cosas de la casa, incluso de mi familia. Soy cuasi maniática del orden y del aseo por lo que no hacer algunos que-haceres me pone un poco mal, pero recuerdo que el tiempo de trabajo es más importante y algunas cosas pueden esperar al fin de semana para realizarse.

De otro lado mi hijo. Por el, que doy todo también, ha sido afectado por este cambio. Está claro que no tengo tiempo igual a cuando estaba disponible para él 7/24. Ahora debo coordinar tiempos con mi hijo, la casa, mi pareja en un par de horas en la noche y un trisito no más en la mañana. Parece cosa de locos porque vivo al 10000%, intento estar pendiente de todo pero la verdad que es yo sola no puedo con todo al mismo tiempo. Hay cosas que he debido darle más importancia, por ejemplo, pasar al menos un rato a solas con mi hijo para hablar o jugar con él. Tiempo invaluable. Las cosas de la casa pueden esperar y está claro que todos los días no es necesario asear al extremo la casa, simplemente una organización adecuada y el resto que espere al fin de semana. El tiempo con mi pareja es otra cuestión porque tengo la oportunidad de hablar con él varias veces al día así que se puede decir que 'compartimos' un poco más.

Antes estaba sola con mi hijo, ahora hay un responsabilidad adicional de ser pareja, ama de casa, mamá, trabajadora en mi profesión. Soy una mama multitasking porque definitivamente la responsabilidad que tengo en estos momentos como mujer es de hacer muchas cosas. Por fortuna me he venido dando cuenta que es importante organizar mejor todas estas tareitas para luego no sentirme frustrada porque quise hacer de todo pero al final no hice nada. Más importante aún, ha sido no descuidar para nada a mi hijo, el me necesita y más por la edad en la que él está, cualquier cambio lo afecta en su comportamiento.


En estos tiempos de cambios, de cambios buenos, he sacado lo mejor de mí para que todo siga fluyendo. Todo ha salido muy bien y tengo la plena seguridad que seguiré luchándola para que mi familia se siga sintiendo orgullosa de que todo el esfuerzo y sacrificios que hemos tenido han valido la pena. Amo estar donde estoy en estos mismos momentos y no quisiera cambiarlo por nada.

El eterno dilema: Cuando Trabajar se enfrenta con osadía ante la maternidad



Por un lado: estabilidad económica, desarrollo profesional, contacto con el mundo, independencia; y por otro lado: esa criatura pequeña, indefensa, por la que se daría la vida de ser necesario, que te ama con todo su corazón, que cada día anhela tus brazos, tus palabras. Esa personita que siempre tiene algo nuevo que mostrar y que te derrite por completo.
No hay duda de que todas las madres elegiríamos la segunda opción, sin embargo, no siempre es tan fácil. Hay muchos factores que influyen en esa decisión y he aprendido que no se es una mala madre por salir a trabajar.
El factor determinante en mi caso fue ¿Quién estará al cuidado de mi mayor tesoro? El jardín o la guardería no eran una opción para mí. Siempre he guardado mis reservas con el tema. Mi madre siempre me ofreció su apoyo y es ella quien hoy en día se encarga del cuidado de Juan José. Es una bendición. De no ser así, muy seguramente replantearía mi decisión de trabajar, al menos hasta cuando este mas grandecito.
Actualmente, gracias a las bendiciones de Dios y las bondades de la vida, he hallado un equilibrio entre mi trabajo y mi hijo. Me desempeño en educación y mi semana laboral va de lunes a jueves. El viernes es un día especial, es el día de los dos. Realizamos actividades que fortalecen nuestra relación y lo vivimos al 1000%. Cuando hay época vacacional permanezco 24/7 a su lado.
No pienso mentir, el sentimiento de dejar a mi hijo cuando voy a trabajar nunca desaparece. Siempre siento ese hilo de amor que une nuestros corazones y que cada tarde me lleva de vuelta hacia él. Cada inicio de año laboral para mi equivale a ese “No quiero separarme de ti” con forma de lagrimas. A menudo me descubro fantaseando en lo maravilloso que sería contar con una opción laboral que me permita permanecer al lado de Juan José y sé que lo voy a lograr. Es mi objetivo.

Cada madre tiene su posición y todas son respetables. Personalmente considero que soy una mejor madre desarrollándome profesionalmente y compartiendo tiempo de calidad con mi hijo. Valoro inmensamente el tiempo que paso con él y tenemos una relación hermosa.
Mi hijo es la motivación, es el motor que mueve mi vida, nada en la vida me ha hecho más fuerte que su presencia y estoy dispuesta a todo por su bienestar. Lo amo con todo mi corazón y a diario me alimenta y me recarga de energías. No hay mejor momento que cuando llego a casa, sale corriendo a mis brazos y me cuenta todas las aventuras que vivió con su abuelita y sus primos. Cuando me llama por teléfono a decirme que me ama hasta el cielo, cuando hace su oración antes de dormir y luego dice: "Mami, abrázame".

Por él todo vale la pena.

lunes, 19 de agosto de 2013

El teletrabajo, una grata oportunidad para mi vida

Por: @carocoop


Aunque todo comenzó hace casi dos años, es la primera vez que me siento a reflexionar sobre el teletrabajo como parte de mi vida. Creo que las cosas simplemente llegan y a veces se dan tan rápido que uno no tiene tiempo para asimilar qué son, cómo son y de qué manera se adaptan a nuestras rutinas.

Tengo 32 años, soy caleña, hija de padres jóvenes y aventureros -vivieron en Estados Unidos y ahora en Canadá-, hermana de un hombre más extranjero que colombiano -ha vivido fuera la mitad de su vida-.  Hace 9 años vine a Bogotá a hacer mis prácticas profesionales. Aquí me enamoré, me casé, me separé y fui madre. Con el amor con nombre propio, Alejandro, y mucha soledad en la ciudad, decidí renunciar a un trabajo demandante e ingrato en una reconocida agencia de comunicaciones para mudarme al campo mientras llegaban noticias de planes a mediano plazo.

En lo que puedo ver como un “golpe de suerte”, antes de mi renuncia me delegaron hacer el freepress de un evento organizado por Benetton, una importante marca de ropa italiana. El evento fue un éxito gracias a mi gestión (cero modestia al respecto) y la persona de esa compañía que estuvo presente fue nada más ni nada menos que su Jefe de Comunicaciones para Latinoamérica. Contenta con mi labor, me pidió mis datos con la promesa de contactarme pronto. Dos meses después, en agosto de 2011, cumplió.

Trabajar con una persona que está en Brasil, apoyada en una diseñadora que vive en Uruguay parecía imposible hace 10 años. Hacerlo desde una finca ubicada a 15 minutos de un pequeño municipio de Cundinamarca suena difícil aún hoy en día. Y sí, fue un poco complicado al principio por la falta de red inalámbrica. Pero después de algunos meses de viajar a Zipaquirá todos los días a trabajar desde un computador alquilado, conseguimos un buen servicio de internet que ha permitido que trabaje desde la casa sin tener que gastar dinero en transporte, comida y horas de internet y, sobre todo, me ha dado la oportunidad de estar cerca de mi niño, de verlo crecer y ser realmente su mamá.

Aunque extraño compartir el día a día con amigos y colegas de oficina y ya no tengo razones para invertir en ropa y zapatos (lo cual me encantaba), no puedo decir más que cosas buenas sobre el teletrabajo. En mi caso, me ha dado la oportunidad de no solo ser parte de una multinacional, sino ir creciendo dentro de ella (lo que nunca ocurriría en el lugar donde estaba): mi trabajo como Jefe de Prensa cruzó las fronteras colombianas y llegó a Centroamérica y parte de la Región Andina; actualmente a mis tareas de prensa se les unieron otras de publicidad y mercadeo, y ahora en mi firma virtual se lee “Asistente Senior de Relaciones Públicas de Benetton para Latinoamérica”.

Estoy segura de que esto no es para todo el mundo. Hay personas para quienes salir del hábitat día a día es vital. Yo no digo que sea un ser en perpetua hibernación, pero sí una madre que quiere estar cerca de su hijo. La vida ha sido muy generosa conmigo y me ha permitido estarlo, dándome además un trabajo que me gusta y por el que me pagan tan bien que no necesito esperar que terceros con deberes y obligaciones, pero sin una verdadera conciencia de la paternidad nos den un centavo. Alejandro tiene todo lo que necesita y más porque puedo dárselo: comida, ropa, salud, recreación, amor y tiempo.


Conozco perfectamente la diversidad de estilos de vida  de todos los colombianos -yo, tan caleña y tan amante de la ciudad, nunca pensé vivir en la zona rural de Cundinamarca. Y vea-. Sin embargo, veo que las condiciones laborales no son las mismas de décadas atrás y la actualidad presenta al teletrabajo como una gran opción para trabajar y para vivir. Yo, como madre soltera y como profesional, lo recomiendo altamente, sobre todo a quienes como yo tienen hijos y quieren estar con ellos. Con organización, amor por lo que se hace, una buena distribución del tiempo –lo más complicado, pero poco a poco se logra- y si, un empujoncito de buena suerte, es inevitable ver al teletrabajo como una verdadera oportunidad de vida. 

Cuando tus compañeros de trabajo son tus Chiquiticos



La decisión de quedarnos en casa cuando llega la maternidad es algo que las mujeres consideramos desde hace muchos años, simplemente recordemos a nuestras abuelas, tías, algunas de nuestras madres… la sociedad generalmente empujaba a las mujeres a esto y no se pensaba en trabajar y al mismo tiempo ocuparse del hogar y de los hijos.
Pero desde hace un par de décadas las cosas han cambiado, las mujeres tenemos mayor presencia en todos los ámbitos laborales y no solo presencia, sino que nos estamos destacando cada vez más, desplazando inclusive a los hombres en altos cargos directivos en grandes consorcios multinacionales e instituciones públicas y actividades del acontecer político, algo inimaginable para las madres de nuestras abuelas.
Pero cuando vamos a la Universidad, iniciamos nuestra carrera profesional, nos casamos y deseamos seguir preparándonos a nivel académico, el tema de la maternidad es algo difícil de afrontar e inclusive en muchos casos se posterga lo más posible, porque el deseo no como mujer sino simplemente como persona al querer ser productiva y lograr metas laborales es muy fuerte.
Muchas mujeres antes de ser madres se dicen a sí mismas y a los demás que sí se puede, que su madre trabajó y la crío, que ella también va a poder trabajar y encargarse de sus hijos, que no va a haber problema… y en muchos casos es así, pero al final cuando llegan los hijos, uno acepta que además de tener mamás superpoderosas que no entendemos cómo lo lograron, es valido que cada mamá se haga el cuestionamiento y analice si quiere seguir con el desarrollo profesional que venía  en ascenso o quedarse en casa un tiempo o indefinidamente a cuidar de sus pequeños.
La situación económica obviamente está atada a este tipo de decisiones, porque antes de pronto el padre podía proveer todo lo que se necesitaba para sostener un hogar, con mucho esfuerzo claro está, pero se podía llevar tal situación y las mujeres se quedaban en casa con los hijos, hoy en día no muchas parejas pueden darse ese lujo y más si son familias numerosas que generan muchos compromisos, porque como padres siempre vamos a querer darle lo mejor a nuestra descendencia.
Pero así como el tiempo que nos toca vivir nos empuja en buena lid a trabajar en la calle y hacer malavares, contratar niñeras o dejar a los bebés desde muy pequeños con sus abuelas, en maternales o guarderías para lograr los objetivos laborales y económicos que nos proponemos, también la tecnología y la globalización nos benefician y juegan a nuestro favor para proporcionarnos herramientas que nos permitan seguir activas y trabajar desde nuestro hogares, para encargarnos así directamente de la crianza de nuestros hijos. Y la experiencia que se pudo haber adquirido en cualquier área profesional nos facilita desarrollar nuevos emprendimientos que tengan buena aceptación en el mercado y generen beneficio económico, al fin y al cabo el ser madre nos hace darnos cuenta que además de atender a nuestros pequeños somos inmensamente creativas, podemos hacer mil cosas al mismo tiempo y la inteligencia está allí para usarla y generar buenos resultados y para colaborar con los demás.
En mi caso quiero contarles qué es para mi tener a mis hijos de “Compañeros de Trabajo”, porque en serio que se convierten en eso, son nuestros luceros, nuestros mejores motivadores y nuestra gran compañía, pero también cuando mami trabaja en casa son los que están a tu lado cuando estás escribiendo un artículo como este, los que te ven alegre y hasta aplauden cuando consigues algo que querías para tu negocio, se acercan con un juguete y una sonrisa cuando te ven preocupada, quieren saludar a la amiga de mamá cuando estás haciendo una llamada de trabajo, suenan todos los juguetes y gatean por toda la casa cuando te hacen una entrevista de radio, te acompañan a reuniones con personas ligadas a tu nuevo trabajo… y pare usted de contar.
Cuando trabajas desde casa es muy fácil pensar para los demás que no te dedicas mucho tiempo a tu negocio, que tienes todo el día para hacerlo, pero eso no es tan cierto, al tener la responsabilidad de realizar todas las actividades propias de la casa y además cuidar a tus hijos, el tiempo para dedicarle a tu trabajo es realmente reducido y hay que usarlo muy sabiamente y es que si tienes hijos Chiquiticos, la prioridad es atenderles y al final eso es lo que uno quiere, compartir con ellos, jugar con ellos, disfrutar las comidas junto a ellos, contagiarte de la alegría de sus baños, leer cuentos para ellos, dibujar y ensuciarte con ellos, quedarte acurrucada con ellos cuando se duermen en tus brazos… porque ellos son la razón más importante por la que emprendes un nuevo camino de trabajo.
Ya no tendrás las conversaciones propias de una oficina, no estarás pendiente del atuendo que vas a usar cada día para salir a tu trabajo, a veces estarás desconectada de las noticias porque no podrás conversar con adultos sobre la situación política del país… pero en mi caso puedes estar muy satisfecha con todo lo que haces, con los logros de tus hijos que pudiste ver con tus propios ojos, sentir sus alegrías y frustraciones cuando están aprendiendo a hacer nuevas cosas por sí mismos, no te perderás los dibujos animados que ellos adoran, llorarás sin saber por qué cuando ellos se ríen y están felices…
Adorarás a esos nuevos “Compañeros Chiquiticos de Trabajo” que Dios dispuso para ti!
L. de Ponte
Caracas. Venezuela
ldeponte@mischiquiticos.com
Tomado de MisChiquititos.com

Dejar a mis bebés para volver a trabajar

Por: @la_new
Desde antes de salir de incapacidad por maternidad, yo estaba contando los días que tendría disponibles después de que nacieran mis bebés, con el corazón apachurrado de pensar que llegaría el día en que tuviera que volver a trabajar y dejarlas.
Ya que nacieron y las tuve en mis brazos, quería estirar lo más posible cada día. A pesar del cansancio de esos primeros meses y la revolución hormonal, una parte de mi deseaba con todas las fuerzas que no terminara.
Decidir con mi esposo lo que sería mejor para todos cuando yo volviera a la oficina no fue fácil. Hablamos mucho, visitamos guarderías y recibimos la maravillosa oferta de mi mamá de quedarse al cuidado de mis bebés en su casa. Considerando pros y contras, nos decidimos por esta opción.
El tiempo no se detiene y después de 81 días con ellas, llegó el día en que tuve que regresar a trabajar.
Ese jueves me levanté muy temprano, me arreglé, me puse zapatos en vez de tenis por primera vez en muchas semanas y levanté a mis bebecitas que todavía no cumplían los tres meses para meterlas en su sillita y llevarlas a casa de mi mamá. Cargué con mi casa entera para que tuvieran todo lo necesario con ellas, les di la bendición, muchos besos y me despidieron las dos con una sonrisita hermosa.
Pasé los siguientes diez días llorando en el coche durante todo el camino a la oficina. Me sentía culpable y triste de dejar a mis bebés de las que no me había separado desde que las concebí. Y entonces llegué a la oficina, me senté con mi computadora y un café que pude tomarme caliente, salí a comer con mis amigas y pude comer sin levantarme cada 23 segundos… ¡y me di cuenta de que regresar a la oficina no estaba taaan mal!
Hay un sentimiento de culpabilidad al aceptar que es un alivio dejar a las bebés en la mañana con mi mamá (que dicho sea de paso es una Santa, Católica y Apostólica), pero lo es. Confieso que me gusta tener un espacio que es mío, en el que sé lo que estoy haciendo y me encanta.
Si tuviera la opción económica para quedarme en casa con mis bebés, sin duda lo haría y creo con todo mi corazón que las mamás que pueden hacerlo son privilegiadas, porque no se pierden ni un segundo de sus bebés. Aunque mis bebitas están en el mejor lugar en el que podrían estar y con los mejores cuidados, yo no estoy y me pierdo de pequeños momentos que son los que están construyendo sus vidas. Sin embargo, no tenemos esa opción porque tenerlas también es tener una gran responsabilidad para darles todo lo mejor y eso, además de tiempo y amor, requiere dinero.
Con ese principio de realidad, intento hacer lo mejor de la situación. Cada día atesoro el momento de abrazarlas y darles la bendición antes de salirme a trabajar. Cada día atesoro los momentos en los que me siento bien con lo que hago en mi trabajo y me lleno de los buenos momentos y de los éxitos y satisfacciones. Cada día corro de regreso a verlas, a abrazarlas, a platicarles y a pasar tiempo de calidad, si es que no puedo dárselos en cantidad.
No puedo negar que sigo sintiendo un nudo en la garganta cada mañana, porque dejo las dos mitades de mi corazón con ellas que ahora son lo más importante en mi vida. Pero cada minuto lejos, estoy trabajando por y para ellas, para que nunca les falte nada, para ser una mejor mujer, una mejor mamá y un ejemplo para esas dos princesas que cada tarde me reciben con los bracitos estirados y unas sonrisas maravillosas.

viernes, 9 de agosto de 2013

A dormir sola...

Por: @zavila

Contra todos los pronósticos la pequeña decidió dormir en su cama. Si, recuerdan hace unos meses les conté que mi marido reclamaba espacio y que entonces yo intenté que durmiera en su cuarto con un sin fin de despertares y de paseos, de un cuarto al otro. Nunca hable mucho más del tema pero la verdad mis esfuerzos en esta tarea duraron poco. No solo porque la trasnochadera me estaba matando, sino por que Sara enfermo de gripa, y sin mucho reparó decidimos devolverla a su huequito en medio de los dos.
Entonces desde ese momento todo volvió a ser como siempre: los tres arrunchados, compartiendo lecho cada noche. Hasta que hace un mes, más o menos, ocurrió lo que nadie - familia y marido - nunca creyó que realmente podría pasar. Ocurrió lo que pronostiqué y vaticiné siempre que alguien con cara horrorizada se enteraba que la pequeña de la casa dormía con sus padres. Sara, sin ninguna razón aparente, más que su determinación, nos dijo ese día, justo antes de irse dormir: "yo soy grande y no quiero dormir aquí. Quiero dormir solita en mi cuarto". Yo la mire y sonreí, para luego dirigirnos al cuarto, alistar la cama, leer un cuento y dejarla feliz entre sus cobijas.
Confieso que al principio estaba un poco escéptica. No porque no estuviera segura que este momento llegaría tarde o temprano, sino porque siempre pensé que sería tarde, mucho más tarde, tal vez rozando los 4 o 5 años. Pero el tema no es un arrebato de unos pocos días. Noche tras noche pide dormir sola en su cuarto. Papá la ha "tentado" pidiéndole que se venga a dormir con nosotros y no parece llamarle para nada la atención. Algunas noches se despierta pide agua o un beso y sigue durmiendo. En una o dos ocasiones me ha dicho, "mamá hoy quiero dormir en tu cama contigo", y así ha sido, para reclamar al día siguiente su cama y su cuarto otra vez.
Confieso que disfruto montones contándole a la gente que me decía que iba dormir conmigo hasta los 18 años, que ella solita decidió irse, que no hubo llanto, ni peleas, ni tortura para nadie. Me encanta que las cosas sucedan como me lo indicaba mi corazón, confirmando que un niño siempre, tarde o temprano, naturalmente se va de la cama de sus padres. Entonces, ¿por qué negarnos el placer de dormir pegaditos y unidos todo el tiempo que se pueda?
Hoy, después de casi 3 años de colecho, volvemos a ser solo dos en esta cama, felices y satisfechos por las noches compartidas y por la lección más que aprendida: todo se trata de respeto y amor. Por eso, si amparamos con empatía a nuestros hijos y dejamos a un lado la impaciencia - y los desinformados consejos- , todo llega, en el momento justo y de la manera que tiene que ser. Todo llega, y a veces antes de lo que uno piensa.
PD: estamos seguros que este tema de "dormir sola" es un proceso, son sus nuevas ganas de ser "grande", es otro juego. Así que estamos conscientes que eventualmente, algunas noches, volveré a nuestra cama, y nosotros estaremos felices de recibirla.


jueves, 1 de agosto de 2013

Lactancia y presión social

Por: @cats_caliope

Este es mi post sobre lactancia, creo que medio mundo está aburridísimo de escucharme decir que le di teta a la Pellusa por 26 meses, que fue una época maravillosa con un inicio bastante traumático, ya sé, lo volví a decir, pero es que eso me hace sentir inmensamente orgullosa, nunca estuve ni estaré tan cerca de mi Pellusa como cuando tomaba tética.
Lamentablemente la presión social es un asunto que las madre tenemos que vivir, pero más importante es aprender a sortear, no nos digamos mentiras la mayoría especialmente cuando somos primerizas somos unas pelotas en los temas maternos, porque a lo mejor sabemos mucha teoría pero la práctica es otra cosa, por eso debemos tener la inteligencia de aprender a distinguir y desechar los consejos y comentarios dañinos. De preferencia si estás por dar a luz o tienes un recién nacido únete a una red de mamitas, puede ser nuestro blog o cualquier red de lactancia materna, no te quedes callada ahogándote en dudas y culpas y lo importante entiende que no hay nada mejor para tu bebé que la leche materna, pero que tú eres humana y por muchas circunstancias no todas las mamitas pueden lactar, eso no te hace ni mejor ni peor madre.
Todo el mundo va a querer expresar una opinión, importante saber distinguir que es lo mejor para el bebé y lo mejor es la leche materna, el flujo de ésta depende de la succión, ponte al bebé en el pecho, o utiliza ordeñadores para estimular, no te desesperes los primeros días su estómago es muy pequeñito y no necesita gigantescas cantidades de leche (ver imagen)

Así podemos desvirtuar el famoso, no queda lleno hay que darle fórmula para complementar, eso no es cierto y por favor no sucumbas a la presión en ese tema.

Otro punto importante es el pudor estúpido y hasta hipócrita de algunos referente a amamantar en público, la teta es a demanda si el bebé pide hay que darle, y donde estés hay que alimentarlo, en mi caso se juntaron mi poco pudor y el fastidio de mi hija por los trapos encima así que nunca me pude cubrir, la mitad de mi ciudad debe conocerme los pechos. Con pudor o sin pudor lo importante es alimentar al bebé, si te da mucha pena, pues ordeñate y ten leche ordeñada en teteros o vasitos y con esto queda solucionado el problema.

Por favor no caigas en el mito del agua, la leche materna tiene el agua suficiente para el bebé, no hay que darle agua por aparte, tampoco agua de manzana para que duerma más tranquilo, o agua de azúcar para que llore menos, un recién nacido sólo debe tomar leche sea materna o de fórmula, nada más. El agua en grandes cantidades debes tomarla tú porque esto estimula la producción de leche.

No dejes que la sociedad te presione, lacta a tu hijo hasta que tú te sientas cómoda y feliz, eso sí ten en cuenta que la lactancia es exclusiva hasta los 6 meses a partir de éste momento deben ir añadiéndose alimentos a la dieta del bebé, y en los lactantes mayores las teta es un complemento no puede ser lo único que los alimente. Son tu hijo y tú los únicos que pueden decidir hasta cuando dura la lactancia, y digo tu hijo porque pasa que a veces ellos simplemente se aburren y no quieren más.

Si no pudiste lactar o sólo pudiste hacerlo por un breve periodo no te sientas mal y tampoco te dejes afectar por comentarios malintencionados de la gente, eso no te hace mala madre, sencillamente no se pudo, trata de hacer de los momentos de alimentación con el biberón o vasito momentos mágicos y especiales.

Nuevamente las invito a no quedarse calladas, pregunten, consulten, unánse a grupos de lactancia, suscríbanse a blogs como el nuestro, recuerden éste universo virtual hace que estemos menos solas en los primeros pasos del Oficio de Ser Mamá.

VIVA LA TETA!!!! VIVAMOS LAS MAMITAS COMPROMETIDAS!!!