Por: @agobiosdemadre
Son varias las madres que como yo han decidido, al menos por un tiempo, trabajar desde casa. Reorganizaron sus vidas y se propusieron que si bien querían pasar la mayor parte de su día con sus hijos no dejarían de ser profesionales. Algunas cambiaron de carrera y otras -un ejemplo soy yo escribiendo de maternidad desde la sala de mi casa cuando Alana duerme– modificaron su oficio.
Y aunque la idea suena estupenda: tú trabajas mientras tu adorado tesoro juega tranquilito. La realidad es diferente: tú trabajas mientras tu adorado tesoro se acerca cada dos minutos y te dice, “mami, mami, mami”. ¿Cómo cumplir con los dos roles a la vez? No hay soluciones mágicas pero comparto lo que he aprendido en el año y medio que llevo haciéndolo.
1. Antes de tomar la decisión conversar con la familia. Trabajar por cuenta propia significa que el flujo de dinero varía. Por eso es importante sacar cuentas y saber a qué nos enfrentamos.
2. No todos los días son iguales. Hay unos más productivos que otros. Lo importante es aprovechar el tiempo que se tenga. Roma no se hizo en un día.
3. Distribuir las tareas de acuerdo al horario del bebé. Yo trato de responder correos y hacer llamadas telefónicas cortas mientras mi hija Alana, de 17 meses, juega, y dejo las entrevistas largas y la escritura para cuando duerme o me echan una mano.
4. Pedir ayuda. No siempre es una opción, pero si se puede recurrir a familiares, amigos cercanos o, si la economía lo permite, una niñera.
5. Entender que los ritmos de los niños son distintos. A medida que crecen se les puede enseñar que mamá está ocupada, pero mientras es pequeño hay que saber que su deseo de compañía es una necesidad, no un capricho.
6. Usar la creatividad. El secreto para que un niño permanezca solo por un rato es que esté distraído. Todo aquello que no atente contra su seguridad es válido: ver comiquitas, dejarlo sacar todos los zapatos del clóset, jugar con las ollas de la cocina, darle una caja de cartón o un par de revistas viejas para que las destruya.
7. Apoyarse en la tecnología. Las esperas -en el pediatra, en la cola del supermercado o en el parque mientras juega- son estupendas para adelantar lecturas o responder emails con la tableta o el celular.
8. Conversar con el niño y hacerlo partícipe. A Alana le encanta cuando la siento a mi lado, le doy un cuaderno y unos colores y le digo que ella también va a trabajar.
9. Aceptar la nueva realidad. Trabajar desde casa cuando hay un niño presente toma tiempo pero es una etapa. Como me dijo una amiga mamá que pronto debe reincorporarse a la oficina “el periodismo siempre va a estar ahí, disfruta a Alana mientras está pequeña”.
Tomado del blog @ErikaTipoWeb
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