Por @cats_caliope
Debo iniciar éste post haciendo
una confesión desde lo más profundo de mi alma, y es que yo no soy una mamá
multitask, o al menos no siento que lo sea, y es así porque simplemente mis
ídolas maternas, muchas de las cuales comparten blog conmigo, hacen de todo,
pero yo no, yo le cocino muy pocas veces a Pellusa, de ella se encarga más que
todo mi madre, hacemos tareas, jugamos, pero de la lidia diaria de ella yo no
me encargo, y me siento mal por eso, yo quisiera hacerle todo, pero no puedo.
Esto no siempre fue así, como les
he dicho muchas veces, yo pasé la mayor parte de mi embarazo incapacitada,
cuando se acababa la licencia de maternidad, llamé a quien era mi jefe a nivel
nacional, y me dejó claro que mi futuro en la empresa era incierto, y no por
ella porque ella es muy buena gente, por las directivas de la sucursal en la
que yo trabajaba, afortunadamente, y gracias a uno de esos ángeles amigos de
los que estoy rodeada, me llamaron a trabajar en interventoría, por un salario
básico similar al que tenía en la Guajira (eso sí sin soportes extralegales),
pero trabajaba tres días a la semana, mientras estuve allí pude encargarme de
mi niña y verla crecer y lo más importante amamantarla exclusivamente 5 meses y
medio, esa oportunidad fue genial y debo decir que mi gratitud será eterna con
mis jefes en ese proyecto, porque contratar a una mujer q aún está en licencia
de maternidad es algo rarísimo en nuestro bastante machista país, allí trabaje
10 meses, así que me gocé muchísimo el primer año de mi Pellusa, pude estar
presente en momentos especiales como su primera palabra, su primer gateo, su
primera palabra que fue mamá, entre otros.
Pasados los 10 meses, apareció
una nueva oferta laboral, que duplicaría mis ingresos, pero en la que debía
trabajar todos los días incluso los sábados, y allí fue que empecé a dejar de
hacer casi todas las cosas de mi Pellusa, es más al principio del proyecto en
el que me tocó hacer todo el montaje documental, ya ni siquiera podía dormirla,
porque debía trabajar hasta altas horas de la noche, porque en el campamento
aún no teníamos luz, fue terrible, me tocaba darle el pecho sentada frente al
computador, y se siente horrible no poder dedicarle más tiempo a tu bebé. Ya
cuando disminuyó el trabajo ella no quería dormirse conmigo, se tomaba la teta
y se iba donde la abuela, yo me sentía fatal, lo otro es que el trabajo tenía
una demanda física importante y llegaba a la casa molida, y mi cansancio
chocaba con la energía de Pellusa y eso en muchas ocasiones me desesperaba y me
hacia estallar, en muchas ocasiones desee no tener trabajo y poder estar con mi
niña y que creen se me cumplió, el año pasado estuve 4 meses cesante,
afortunadamente con la empresa para la que trabajo volvimos al proyecto y hasta
me ascendieron.
Ahora ya no trabajamos los
sábados y he aprendido a equilibrar el tiempo de Pellusa, no es fácil y siguen
habiendo noches en las que toca trabajar, pero son muchísimas en las que nos
dormimos juntas y abrazadas, y lo más genial de mi día suele ser cuando me
espera en el balcón del apartamento con una sonrisota que ilumina el mundo, no
hay momento más feliz que cuando abro la puerta y ella grita desde arriba:
“Mami eres tú” y siento su emoción cuando yo le respondo “siiiii!!”.
Hice un cambio en el horario y
ahora entramos más temprano y salimos más temprano, así que me da chance
algunos días de hacerle comidita sencilla, porque para las artes culinarias soy
más bien malita, ayudarla con las tareas que vinculan actividades artísticas,
porque las otras las hace apenas llega, y debo confesar que es una delicia.
Yo creo que lo realmente
importante es dedicarle tiempo de calidad a los hijos, que cada cosa que
hagamos con ellos sea memorable y especial, así sea estar arrunchados en la
cama viendo guerra de pastelillos (cupcake war), aprender que no hay logro
profesional que se compare con la sonrisa de un hijo, que si bien como seres
integrales también necesitamos un desarrollo individual, no podemos permitir
que el trabajo absorba tanto de nosotros, cada dimensión debe tener su tiempo y
su espacio y en lo posible tratar que se crucen lo menos posible, especialmente
cuando muy pocas mamitas trabajadoras cuentan con la suerte de tener a su madre
como nana y muchas menos la opción de trabajar desde casa con una buena
remuneración.
Como ya se me acerca el momento de convertirme en mamá primeriza ¡me asustan mucho estos temas! Lo de compatibilizar la vida familiar con la laboral teniendo un bebé no lo veo nada fácil y también temo disponer de poco tiempo para dedicarle a mi bichilla. Y es que hoy en día, el trabajo suele anteponerse a todo lo demás, y cuando lo pienso me da una penita...
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