jueves, 22 de noviembre de 2012

Cuando Cats era chiquita


Por: @cats_caliope

El tema viene como anillo al dedo, especialmente porque estoy pasando por algo así como una crisis de la madurez, léase me caí del palo; todo surge porque tengo demasiado tiempo libre a los humanos cuando tenemos poco que hacer se nos da por la pensadera y el existencialismo, y si además añaden que soy la mas viejita de la editoras del blog, peor las penas que me acongojan jaja.

Cuando yo era chiquita todo era mucho más simple, yo soy modelo 1978 (sin sacar la calculadora), de los recuerdos más vívidos que tengo es estar sentada en frente del mega televisor que había en mi casa marca Zenith con tres roscas, patas y sin control a las 4:00 p.m. para verme Plaza Sésamo, creo no estoy muy segura que a esa hora iniciaba la señal, televisión en la mañana no había, a esa hora estaba bañada, peinada, vestida con la ropa de tarde y más entalcada que la cucarachita Martínez, haciendo honor a la tradición cartagenera: Pelao criao de abuela bañao y entalcao desde temprano.

Recuerdo el horario de las comidas de Misia Candelaria (mi abuela) se desayunaba temprano, la sopas del almuerzo estaban listas desde las 11:00 am y la cena en mi casa se servía a las 4:30pm como tarde, el que no estaba se la dejaban servida en la mesa.


                                                               Esta es misia Candelaria
En días de clases no se podía pasar de la terraza, mi primo se volaba todo el tiempo, se salía los viernes y sábados y uno que otro domingo mientras no hubiese mucha tarea, eso sin perderse de vista, llegar a la placita al final de mi calle estaba terminantemente prohibido, y yo como no era una pelá atrevía sólo empecé a ir cuando tenía como 9 años, en una de esas idas corriendo hasta la placita, si corriendo como si el diablo lo persiguiera a uno, me caí y me partí un diente delantero me volé un poquito menos de la mitad, no salí como en 4 días porque estaba deformada, días perdidos de vacaciones.


En mi calle la pasábamos buenísimo, la hicieron con los postes en la mitá por tanto los carros no podían entrar así que era terreno libre para los juegos, en vacaciones en la mañana jugaba con mis vecinas con los “chocoritos” osea jueguitos de té y vainitas de cocina, en la tarde con el triciclo, después la cicla, y después de la comida empezaban los juegos más bacanos, el escondío (las escondidas), el Jimmy(dos equipos, uno tenían que tumbá una pilita de piedras pegada al poste del otro), el quemao (dos personas a cada lado con un balón y un grupo en la mitá evitando ser quemado) y otros más que no me acuerdo.

Lo más importante es que éramos libres, felices, jugábamos en bonche (grupo), nos arrastrábamos en el piso de la calle, nos ensuciábamos las manos (no había gel antibacterial), corríamos como locos y mínimo se acumulaba un raspón de rodilla semanal. A mi mami no la veía mucho por que trabajaba demasiado, pero cada quincena me compraba kellogs para mi solita y me llevaba al trencito de Bocagrande a dar la vuelta a la bahía.

En resumen cuando Cats era chiquita fue feliz.