Con Mariana, Caro y Eric conociendo Barranquilla |
No sé si empezar a escribir este post como que mi hijo nació ‘normal’. No sé, desde que conocí a Carolina y a otras mamás en las que sus hijos han tenido o tienen actualmente una situación complicada con sus hijos por algún tipo de enfermedad o condición no creo conveniente llamar a niños sin esas condiciones como normal. Más bien diré que mi hijo nació por fortuna con una excelente condición de salud.
Llamar a un niño o una persona como ‘normal’ o ‘no normal’ es algo muy feo para mi. He aprendido a valorar a estas mamás y estos niños que han tenido que enfrentar todo un mundo de situaciones debido a las complicaciones de salud por causa de enfermedad o condición y a pesar de todo siguen siendo normales, ¿por qué? porque siguen comiendo, siguen jugando, siguen haciendo sus necesidades, otra cosa es que tengan limitaciones físicas puntuales que no les permiten hacer ciertas actividades.
Aunque en mi familia y en mi círculo cercano de amigos no había conocido casos como el de Mariana, ni en niños ni en adultos y la verdad nunca me pareció un tema importante, resulta que estaba equivocada. Al no tener contacto cercano con estos casos pues uno no sabe como actuar, como reaccionar, como mirar a esta persona. Las primeras veces me sentía como una idiota intentando parecer actual ‘normal’ y lo que causaba era una reacción extraña en mi hacia la otra persona, como si fuera un bicho raro, no sabía cómo saludar, ni acercarme ni nada de eso.
Cuando empecé a entender que una persona con una discapacidad o una condición especial debe tener una vida lo más natural posible fue cuando aprendí a valorar todos esos esfuerzos de las mamás y de las familias por mantener esta premisa. Al conocer a Carolina y su historia con Mariana, la de Martha con Nico y otros casos más lejanos me di cuenta que las mamás somos una guerreras, que hacemos hasta lo imposible por darle a nuestros niños una vida tranquila, con salud, educación y mucho amor
Me parece increíble todo el esfuerzo físico, mental y monetario que deben hacer todas estas madres porque sus hijos tengan una vida lo más relajada posible. Todo ese esfuerzo se ve reflejado hoy en día cuando veo que sus hijos progresan en sus distintas condiciones, con un trabajo, familia y casa por cuidar.
En mi caso que vivo al 1000% con todos mis quehaceres diarios no logro concebir que ellas deben hacer un esfuerzo al doble o triple porque sencillamente sus hijos lo requieren. Lo mas lindo de todo esto es que este esfuerzo se ve compensado día a día con el cariño que les brindan sus hijos, una sonrisa, una nueva habilidad, un nuevo progreso con su condición, una nueva palabra por decir.
Después de todo este montón de palabras sólo digo que este post está dedicado a mi gran amiga Carolina, en la que veo un futuro gigante de posibilidades junto a Mariana, porque he visto los avances enormes en su condición con parálisis cerebral, porque he visto como Carolina con sus esfuerzo y su paciencia ha logrado sacar a Mari de toda esta situación tan adversa, que también con su familia han tenido la fuerza de sacarla de sus momentos de salud adversos. A pesar del tiempo de conocerlas aún no he podido concebir cómo hubiera sido mi vida si Eric si tuviera PC o cualquier otra condición y es por eso que la admiro muchísimo, porque he aprendido a valorar y respetar a todas estas personas, he aprendido a valorar la buena salud y el esfuerzo que uno hace como madre por el bienestar de los hijos.
Carolina, te quiero mucho y deseo de corazón que Mariana se siga recuperando. Sigue siendo fuerte y paciente con todos los nuevos obstáculos que se vienen, porque aún cuando Mariana haya avanzado siempre hay que estar preparada para nuevos retos. Les espera una vida llena de muchas más alegrías que tristezas. Son unas luchadoras.
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