miércoles, 11 de septiembre de 2013

Alimentación saludable

Por: @_AlejoMD_

La alimentación, es uno de los instintos más básicos del ser humano y de los seres vivos. Es una actividad indispensable para el mantenimiento de la existencia de un ser, en buenas condiciones generales.

Pero alimentarnos, no debe significar simplemente saciar ese instinto primitivo del organismo, no; la alimentación debe ser entendida como un proceso que requiere acostumbrar o habituar al organismo a una serie de condiciones que le permitan saciar ese deseo instintivo sin que se afecte su estado de salud a corto, mediano o largo plazo de alguna forma, error que muchas veces se comete.

Una alimentación saludable, es aquella que aporta al organismo los nutrientes en cantidad y calidad suficiente y óptima para desempeñar todas las funciones que requiere realizar a lo largo de un día y a lo largo de la vida. Esto, se traduce en el mantenimiento de la homeostasis o equilibrio de la salud de un organismo. De ahi la importancia de saber escoger qué comer, cuándo comerlo y de qué forma comerlo, ya que de estas tres premisas dependerá en gran medida la forma en que nuestro cuerpo se habitúe a el instinto de alimentación.

Normalmente, se nos enseña a comer diciéndonos que se debe consumir de todo y parte de esta expresión, debe ser tomada con el apellido, consumir de todo de forma balanceada, la otra mitad del nombre que generalmente no se enseña.

Para que el organismo humano funcione de forma adecuada, desde inclusive la vida intrauterina, es necesario que la madre aporte todos los nutrientes necesarios para el crecimiento y desarrollo de ese nuevo ser que se aloja en su vientre, esto incluye: carbohidratos para aportar energía a las células, lípidos para formar membranas y hormonas, proteínas para formar músculos y tejidos, minerales para la formación de huesos y tegumentos ( cabello, uñas, piel ), vitaminas para formar enzimas, catalizar procesos metabólicos y agua para que todos estos procesos se lleven a cabo de forma correcta entre otros y sólo por nombrar los mas conocidos y relevantes.

Posteriormente, al momento de nacer, estas necesidades nutricionales y de alimentación siguen siendo en principio las mismas, lo que cambia es entonces el tipo de requerimiento de cada uno de estos elementos para un crecimiento y desarrollo acorde con la edad y las necesidades de cada etapa de la vida.

No son las mismas las necesidades de un bebe, que las de un niño en edad escolar, que las de un adolescente, que las de un adulto, que las de una persona anciana, e inclusive no son las mismas necesidades entre género masculino o femenino y mucho menos entre individuos aún siendo todos humanos.

De ahí la importancia de que habituemos a nuestro cuerpo a recibir lo que necesita, cuando lo necesita y en la forma en que lo necesita INDIVIDUALMENTE, obedeciendo eso si, a unos principios básicos de alimentación aplicables a todos.

Teniendo en cuenta estos puntos, quiero enfocar entonces este artículo a dejar una guía clara y concisa de que se debe hacer respecto no de una alimentación, sino de una BUENA alimentación, especialmente enfocando el tema, a que se debe hacer respecto de la BUENA alimentación de los niños, ya que muchas veces, es ahí dónde arrancan los problemas de salud que hoy en día se han convertido en una epidemia de tendencia mundial, llamada OBESIDAD y sus consecuencias.

El ser humano cuando está pequeño es una máquina metabólica de gasto energético, los niños corren, saltan, brincan, son inquietos por ese mismo afán de conocer el mundo, sus gastos nutricionales y requerimientos son entonces de un tipo particular, a diferencia de un adulto que en promedio no maneja ese mismo nivel de actividad, de ahí la importancia de saber que alimentos son los ideales para aportar esa energía que los niños necesitan, sin descuidar obviamente, que no es sólo energía, es también formación de tejidos y realización de procesos metabólicos relevantes para obtener dicha energía de los alimentos. Es acá entonces donde entra el término BALANCEADO nuevamente.

A los niños les gusta el dulce, todos lo sabemos, inclusive todos caemos aún en la edad adulta en la tentación del dulce y no es un pecado, es una necesidad del cuerpo, pero ojo, no por ser una necesidad se debe abusar de ellos, ya que no debemos convertir una necesidad nutricional en un MAL habito nutricional.

Por eso es recomendable que los famosos “dulces” que los niños adoran sean rigurosamente controlados por los padres, recordemos que el ser humano es de hábitos y si desde pequeños nos acostumbramos a comer excesivos dulces, en la edad adulta dejarlos será más difícil al igual que sus consecuencias por un consumo desmesurado o arbitrario.

El azúcar o dulce mas saludable que existe en la naturaleza se llaman frutas, ese tipo de dulces, son a los cuales deberíamos acostumbrar a consumir a los niños, de la mano de sus variados colores, sabores y texturas, inclusive resultan visualmente atractivos para jugar nutricionalmente y sanamente, aportando nutrientes de calidad a estas “máquinas energéticas” incanzables que llamamos niños.

En este mundo donde el tiempo “no alcanza” y donde cada vez los padres de familia tienes menos tiempo para preparar los alimentos, las comidas rápidas son la panacea, en poco menos de 15 minutos se pueden tener toda una comida al alcance sin sacrificar grandes cantidades de  dinero en el intento, no esta mal, pero OJO, tampoco esta bien que se conviertan en pilar fundamental de la nutrición de un menor. Todo en exceso es malo, reza un sabio dicho popular y es aplicable a la alimentación BALANCEADA y SALUDABLE que debe primar en los niños.

Las grandes multinacionales atraen a los menores con promociones e incentivos que a mi modo de parecer son una invitación directa al consumismo desmesurado si los padres no son partícipes de su control, de ahí la importancia de que la alimentación sea tomada como una tarea de familia, como un momento de unión familiar y de habituación a conductas saludables y buenas costumbres, alimentarse sanamente ya no sólo implica saber comer, sino saber dónde, con quién y cómo comer, no en la sala viendo televisión, no en la habitación haciendo tareas ( les es familiar esta imagen? si su respuesta es si, autoevalúese y ponga a consideración la forma en que se está alimentando y el ambiente bajo el cual se están alimentado sus hijos y sus niños ) y mucho menos dejando a libre elección el menú a los menores ya que ellos no cuentan con la capacidad suficiente de discernir que necesidades alimenticias tienen.

Ahora bien, arriba decíamos que los dulces en exceso son los que traen consecuencias, entonces es menester y necesario traer a colación un hecho importante relacionado con estos: el dulce como premio por comer saludable.

EUREKA! Llegamos al punto de quiebre entre padres e hijos, ese diabólico acuerdo de PREMIAR al menor por comer saludable con dulces... Algunos dirán: es que es la única manera de que coma la comida otros por el contario serán partidarios de afirmar rotundamente que no son necesarios para que el niño coma bien y es entonces donde la palabra HÁBITO vuelve el ruedo, no acostumbre a comer saludable a su hijo basándolo en la recompensa del dulce, quizás logre que coma lo que usted quiere pero crea una dependencia psicológica al incentivo y es entonces cuando a mayor edad, cuando las consecuencias van a verse, un niño que se alimenta sanamente de esta formando lo hace por decisión propia, lo hace por el premio a recibir y la idea no es crear ese tipo de pensamiento en el niño, es despertar su propia conciencia de hábitos de vida alimentaria saludable, como bien diría otro dicho el que reza y peca empata, no padres, no pensemos de esa manera, pensemos que el que no peca no debe confesare mas bien... y para lograrlo incentivemos en los menores buenas costumbres alimentarias, basadas en principios determinados en la conciencia propia del menor no en lo que nuestra voluntad busca a través de un medio de recompensa.


Hablar de este tema trae mucha tela por cortar y diferentes puntos de vista de cómo desarrollarlo, pero el objetivo fundamental de este texto esta vez es crear una conciencia de que alimentar saludablemnte a un niño es tarea de ambas partes, de los padres por preocuparse de como se desarrolla en el menor este habito y de los niños de concientizarse a través de la enseñanza de los padres que una buena alimentación es fundamental para vivir plena y saludablmente, ese es el objetivo de este texto.

Para despedirme, dejo finalmente una serie de pautas básicas de buenas conductas alimentarias que se pueden seguir para lograrlo que servirán como punto de partida para profundización, son ellas las siguientes:

1. El alimento no debe ser un momento protocolario y aburrido. La alimentación resultará más sencilla si a los platillos se les incluye una decoración extra. No es lo mismo una ensalada de verduras, que la cara de un payaso con zanahorias, pepinos y lechuga.

2. Jamás dejar pasar el desayuno. Se considera el elemento esencial del día y por lo tanto nunca debe desaparecer de la dieta de niñas y niños.

3. La combinación de alimentos. El niño comerá de todo, si mamá le enseña a variar los alimentos. El menú no debe depender sólo de comida rápida ni alimentos instantáneos.

4. Cambio de frituras por frutas y vegetales. Al salir de la escuela se recomienda recibir al niño con un recipiente de frutas y verduras cortadas en cuadrigatos, los colores le resultarán más atractivos.

5. Alimentos a la hora. La vida de los niños está compuesta por rutinas y hábitos. El cambio frecuente del horario de comida generará confusión y malos hábitos en la mesa.

6.     La sed es importante. Cuando un niño pide un vaso de agua es porque en verdad lo necesita. Eliminar la sed ayudará a una correcta hidratación y digestión.

7.     Hora de ejercicio y juego. Además de ser una necesidad para el desarrollo motriz, este momento activará su metabolismo para mantenerlo en forma.












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