miércoles, 22 de febrero de 2012

Soy mamá Tiempo completo

Por: @gabbybv
El día q decidi ser madre no m imaginaba lo q significaria para mi Vida este concepto, a medida q mi vientre crecia, nosotros creciamos como pareja, y dentro de mi se desarrollaba algo q jamas imagine, lo tan nombrado o alguna vez escuchado por mi: "instinto maternal", y sin pensarlo 2 veces comenze a guiarme por ese instinto. Preparandome para la llegada de mi hijo tratando q fuera lo mas natural posible, luego alimentandolo con lo q la naturaleza transforma en vida mi Leche materna, y poco a poco aprendiendo de él e instruyendome para cambiar la manera de criar , y fue entonces cuando decidimos q yo me quedaria en casa con bb, ademas q lo deseaba profundamente. Con el paso de los meses la gente preguntaba ¿te piensas quedar en casa? ¿cuando trabajaras de nuevo? a lo que simplemente respondia si por ahora. 
Hoy soy mamá de 2 hermosos rayitos mi 1er maestro Jesús Enrique (4años) y mi actual maestro Fabricio (1año); ambos cambiaron mi vida por completo, y día a día he aprendido y me esmero al maximo por darles una crianza respetada y llena de amor, aun asi la gente se volvio mas insistente, criticos y hasta preocupado por mi trabajo  ¿piensas quedarte de ama de casa toda la vida?, ¿no te hes incomodo q te mantengan? entre otras cosas...

Cada día me doy cuenta q el trabajo de mamá es el más criticado, juzgado y desvalorizado, sobre todo por la sociedad, pienso q es decision personal de cada mamá el criar o no ellas mismas a sus hijos, yo estoy Feliz d estar en casa con mis cachorros, no cambiaria ni un minuto de mi tiempo compartido con ellos por nada en este mundo, he vivido intensamente cada etapa, he aprendido de ellos y he desarrollado el valor de la paciencia de una manera inigualable; soy una profesional si a nivel de estudios se refieren, soy amiga, novia y esposa del papá de mis hijos, y soy la mamá más feliz del mundo, ellos me han enseñado ha valorar más a mis padres, me dieron otra profesion q desarrollo actualmente con mucha pasion como es ser Consejera de Lactancia Materna y hasta en diseñadora de accesorios postnatales me he convertido.
Asi q pienso q la sociedad debe favorecer la maternidad porque en ella se estan generando nuevas vidas,debemos vivir la maternidad con placer y disfrute, acompañadas, en manada, amamantando, en brazos, criando con apego, respetando para ser respetados, generando amor en nuestros hogares para promover amor y respeto fuera de ellos. 
La pareja es fundamental pues sólo si están abiertos a la vida, a la maternidad, los esposos son capaces de manifestar plenamente, además del amor mutuo, el amor que ambos tienen por los hijos que puedan venir y por sus semejantes.

Gabby
Consejera de Lactancia Materna

viernes, 17 de febrero de 2012

La Pellusa y su vaca lechera

Por: @cats_caliope


Debo decir que mi experiencia con la lactancia materna fue muy positiva, sin embargo, como en casi todos los casos tuvo un inicio trágico.
Pellusa nació en la noche, cuando ya estuvimos en el cuarto era medianoche, la enfermera me explicó que debía alimentarla, porque toda la noche le iban a monitorear los niveles de glucosa, traumas de ser hija de una mujer con diabetes gestacional, me la puse en el pecho tal como me enseñaron en el curso, en los libros y en Internet, pechito con pechito, barriguita con barriguita, ella buscó y empezó a succionar pero la succión no era constante, lo cual me indicaba que algo no andaba del todo bien, esa toma duró algo más de 15 minutos y se durmió, a partir de allí empezó la tormenta, cada vez que me la ponía soltaba el pecho, succionaba muy poco, de una me dijeron pongale fórmula, yo dije que NO, así seguimos hasta que nos dieron salida de la clínica. 
Al llegar a casa, la cargo mi prima Laura, que tenía seis meses de haber tenido a mi sobrinita Natalia, Juliana instintivamente le buscó el pecho, y ella feliz de la vida la amamantó, me sentí horrible, allí si se pegó, no lloró, no pataleó tomo tetica y se durmió, por tres horribles días esto fue mi día a día, intentar darle pecho a mi niña y tener que "mandarla" para donde la tía, porque era incapaz de hacerlo correctamente, las noches fueron trágicas, me sentía como la peor madre del mundo, sentía terror cada vez que se despertaba porque iba a empezar el ciclo terrorífico, mi frustración iba en aumento,
Consejo 1: EN LA LACTANCIA NO HAY QUE ASUMIR NADA, TODO SE APRENDE SOBRE LA MARCHA, Y LOS MEJORES MAESTROS SON NUESTROS PIOJITOS
Hasta que Marlene mi madre habló conmigo me dijo que tenía que relajarme, seguir tomándome juiciosa mi agua de hinojo, mi leche con panela, y si era el caso el pasto de vaca que decía la suegra de mi prima, que usara el ordeñador pa ver que tanta leche salía, entró mi tía Jany y me enseñó a usar el ordeñador, primeras haladas poquita leche, como a la tercera halada, salió un chorro gigante, y de verdad sentí que bajaban angelitos del cielo, de una sola teta ese día me saque 6 onzas en menos de una hora.
Consejo 2: USAR EL ORDEÑADOR ES UNA EXCELENTE FORMA DE ESTIMULAR EL PECHO SIN FRUSTRAR A TU BEBE POR QUE NO LE SALE NADA. LOS MANUALES MALTRATAN MENOS LOS PECHOS.
Osea no era por cantidad de leche, era cuestión de aprender a acomodarla y aprendí, ella me enseñó como tenía que hacerlo, fui estúpida, jamás me detuve a escucharla, ella quería comer en la posición que a ella le acomodaba no en la que los expertos en lactancia le habían  dicho a la mensa de madre que era.
Consejo 3: RELAJATE, TOMA MUCHO LIQUIDO, ALGUNAS BEBIDAS SUPUESTAMENTE AYUDAN (INFUSION DE HINOJO, ORCHATA, LECHE CON PANELA, PONY MALTA), MASAJEA LOS PECHOS PARA QUE FLUYA LA LECHE POR LOS CONDUCTOS
Así seguimos con lactancia exclusiva por 5 meses y medio, cuando ella tenía 79 días, volví a trabajar, sin embargo era un trabajo como enviado del cielo, trabajaba tres días a la semana lunes-miercóles-viernes, así que el ordeñador era mi mejor amigo, abundaban las bolsas contenedoras en la nevera de mi oficina, debía usar copas de silicona porque si no me mojaba completica, por el abundante flujo de leche, en los días libres cuando ella estaba dormida me ordeñaba, le dejaba a mi mamá unas 5 o 6 bolsas de 5 onzas, sin embargo, esta cantidad iba siendo insuficiente en la medida que iba creciendo había veces que mi nodriza Laura debía apoyarme, así que a los 5 meses y medio fue necesario empezar a usar la fórmula, y debo decir que económicamente fue un golpe fuerte a pesar que sólo eran dos teteros en días de trabajo y uno eventualmente  en días de descanso.
Consejo 4: NO TE SIENTAS MAL SI DEBES APOYARTE CON LA FORMULA, EL TIEMPO QUE AMAMANTES NO TE HACE NI PEOR NI MEJOR MAMA, LO IMPORTANTE ES HACER EL ESFUERZO, NO SE PELEA CON EL CUERPO.   
Y nos fue tan bien con la lactancia que duramos con ella 26 meses, tiempo en el que nos unimos, fue una época mágica a la que no hubiese querido renunciar, aún hoy de vez en cuando me dice, con una sonrisa sinverguenzona mami teta.


Ahora otros tips, que surgen de mi propia experiencia y la de las madres que me rodean incluídas las cibermamitas:
  • No hay horarios para el pecho, el pecho se da cuando el bebé pida, por eso la mami debe dormir cuando el duerme.
  • Es mentira eso de cambiar pechos, la primera leche es rica en agua, después sale la de la grasita, dale de uno hasta vaciarlo.
  • Teniendo en cuenta lo anterior al ordeñarse es buena idea mezclar las leches si puedes asegurar que no se van a contaminar.
  • Trata de cuidar tu dieta, lo que tu comes pasa a través de la leche.
  • La leche materna cambia de sabor, y sale tibia, por eso es que los bebés disfrutan tanto.
  • No obligues al bebé a tomar teta, algunos la rechazan después de un tiempo.


Un año de lactancia

Por: @soymamimu


Hoy estamos celebrando! no solo el primer cumpleaños de Tamara sino un año de lactancia ininterrumpida, he tenido éxito dando pecho y trabajado!! Ha pasado un año desde que mi segunda hija nació y hoy la observé mientras ella dormía tranquila a mi lado pero atenta a cualquier movimiento mío, lista para abrazarme y pedirme más leche, para que no me fuera, la noche se volvió un tiempo especial para estar juntas y resarcir todo el tiempo que pasamos separadas cuando por la mañana me voy a trabajar. 
Que si hubo dudas? Sí, las hubo al principio, luego a la mitad del camino y la recta final también fue un desafío pero mi determinación había crecido, y el apoyo incondicional de quienes me rodearon me hizo fuerte en esos momentos de flaqueza, Omar con toda su ternura me llevaba un vaso más de agua y un abrazo; mi hermana, quien tenía todo listo para que yo pudiera extraerme leche para cuando no estaba, y nuestra familia, los abuelitos, que siempre respetaron esta decisión y el tiempo que me tomaba y, finalmente, también la líder de la liga de la leche a quien contacté creo a la mitad del camino, mi madre siempre preocupada por mi bienestar me preguntaba por teléfono que si seguía dándole pecho y extrayendo leche, al final creo que ya sabía la respuesta y sólo lo hacía para confirmar lo que ya sabía. 
Creo que en el camino sorprendimos a más de uno pero quien quedó más sorprendida fui yo, al principio pensé en la lactancia mixta por comodidad pero la idea no me convencía del todo, pues sabía que toda onza de formula es un onza que tu cuerpo no produce y me daba miedo pensar que un buen día me daría cuenta de que habría reemplazado la mayoría de las tomas y que mi pequeña ya no tendría más interés en mi pecho poco disponible; luego llegó a mis manos el libro de Las hijas de Hírkani 1 y supe que sí había una oportunidad para mí y para Tamara! 
Que no sería sencillo pero que estaba dispuesta a hacerlo y con ello no sentirme culpable por tener que salir a trabajar y dejarla, al mirar hacia atrás, en verdad puedo decir que me siento como una hija más de Hírkani. Nuestro vínculo es estrecho y aunque hoy celebro un año la lactancia sigue siendo parte de nuestra vida cotidiana, pero mi amado-odiado extractor ya está guardado ;-D Las noches aún son de pecho libre y eso me sigue dando el enorme beneficio de comer cuanto quiera sin pensar en la báscula, pero sobre todo la tranquilidad de ser una madre presente y pendiente de su cría aún cuando los problemas del trabajo puedan sobrepasar su límite y entrar conmigo a casa. 
En cuanto al destete no hay fecha postulada ahora nos enfrentaremos al “qué dirán” pero defenderemos nuestro derecho a lactar e instruiremos a quien quiera opinar: que esto es de dos: mamá y bebé. Comparto esto como un granito de arena para que sepan que trabajar y lactancia es un equilibrio que sí se puede lograr.  

jueves, 16 de febrero de 2012

Lactancia con exito

Por: @Loremipsumada

Ya había expresado, o al menos, traté de describir todo lo que siento cuando comparto con mi hijo el momento de la lactancia. Pero hoy voy a contar mi experiencia.

Soy toda una lechera, me sale a montón. La primera vez que supe lo que era el calostro fue a los 5 meses de embarazo. Calcule la cantidad de leche que doy. No crean que me salia a chorros para esa época, pero sí algunas goticas cuando me estimulaba. ¿cómo me estimulaba? bueno, con los dedos yo misma, o el papá de mi bebé lo hacía.

Durante los últimos meses de embarazo temí que no diera leche porque no volví a ver el calostro. Pero después de salir de cirugía, pasada una hora, más o menos, tuve a mi bebé entre mis brazos e hice un gran esfuerzo para lograr acomodar a ese pitufito a mi lado y que mi teta no lo fuera a ahogar. El se pego como ternero huérfano a su tetica.

Al tercer día de nacido, mi bebé no quiso recibir su teta. No comía nada y pasaba dormido. Me fui para urgencias, le hicieron un montón de exámenes. Pero no tenía nada grave, solo sufría de flojera. Y mientras tanto la pobre mamá con las tetas a reventar y a punto de sufrir de mastitis.

En la noche no aguantaba el dolor. Mis senos estaban llenos de piedras pero nunca me alcanzó a dar fiebre. Yo no tenía extractor en esos momentos y era muy tarde para comprar uno. Tenía uno de esos que parece una corneta y que lo único que hacía era lastimarme más los pezones ya agrietados. Cuando mi madre llegó, (toda una experta en esto de lactar, por cierto) compró velas de sebo y alistó unas compresas de agua caliente y me cogió una teta y empezó a sacarme la leche, o más bien, a ordeñarme. En la otra estaba el papá de mi bebé. Y yo llore que llore: el dolor era terrible. Al principio no me salia mucho porque yo estaba completamente estresada y cuando eso sucede, la leche no baja. Traté de calmarme y al ver que iba a saliendo más y más leche pues me iba sintiendo mucho mejor. Por fin logré descansar y a mi sapito sí se le dio ese día por despertarse en la madrugada. Qué belleza.
 
Juan Felipe nockeado. 
Yo no sé si mi hijo no cogía bien la teta, pero me hacía ver el diablo encuero bailando zamba frente a mí, cada vez que comía. Yo tenía una toalla a la mano para morder cuando el empezara a succionar. El primer minuto era de lágrimas corridas. Ya después era más soportable porque no succionaba con tanta fuerza. También me dolía un poco cuando la leche bajaba cada 3 horas: los senos se me ponían duros y sentía como un corrientazo que me halaba al piso. Aún lo siento.

La única manera en la que me soportaba los pezones era lavándolos con agua después de cada toma. Si me dejaba la saliva de mi bebé, me ardía horriblemente. Al mes, más o menos, ya no sentía tanta incomodidad y la lactancia se volvió mucho más bonita.

Le di su teta a libre demanda. Exclusivamente, solo hasta los 3 meses, cuando empecé a introducir alimentos como verduras en sopitas claras. Todo bajo la supervisión de pediatra. Le seguí dando su teta a libre demanda y hasta hace un mes, fue así, ya que volví a estudiar y no estoy con el todo el tiempo. Cuando estoy con él si lo dejo que tome todo lo que quiera.

Juan duerme conmigo y duerme colgado de la teta. Ya no tanto como antes, pero aún la sigue pidiendo en la noche.

Espero poder seguir dándole al menos hasta el año. No le quiero quitar la teta pero sé que llegaremos a un acuerdo. A pesar de que la lactancia es hermosa y que estaré muy triste el día que ya no lo hagamos más, a veces siento que quiero mis senos de vuelta. Quiero que vuelvan a ser solo míos. Pero eso puede esperar, si se demora más del año, no importa. Mientras él esté feliz y saludable a mi no me importa qué tenga que sacrificar.

Apoyo 100% la lactancia y me siento orgullosa de las mujeres que lo hacen. Gracias a Dios porque soy toda una vaca suiza y por eso, ni mi hijo, ni mi bolsillo; han sabido lo que es un pote.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Primero la teta

Por: @morganadeleon

A pesar de que lactar a los ‘cachorros’ es un instinto natural de todos los mamíferos, muchas mujeres aún no comprenden la verdadera importancia de ‘ponerle la teta’ a su recién nacido y, por lo menos hasta los seis meses de vida.
Una de las preocupaciones más grandes de la mujer después de tener a su bebé, es perder rápidamente el peso ganado durante el embarazo, la mejor manera de hacerlo es brindarle leche materna a su bebé, pues toda la grasa acumulada, que para nosotras es incómoda, se va en la leche para el pequeño que necesita ganar peso rápidamente.
Empezar a lactar al bebé tan pronto nace disminuye notablemente el riesgo de tener hemorragias posparto, porque ayuda a que la contracción del útero y reacomodación de todos los órganos del vientre sea más rápida que si no se hace.
Algo tan simple como darle tetica al bebé nos brinda una protección extra contra el cáncer de seno. Varios estudios científicos han determinado que la leche humana (leche materna) genera la muerte programada de algunas células cancerígenas.
El contacto de la piel del seno de la madre con la boca del bebé crea un lazo único, irrompible y que no generará con nadie más. Es la manera más efectiva de decirle a tu hijo ¡¡¡TE AMO!!! El biberón se lo puede dar cualquier persona, la leche materna sólo tú la creas, sólo tú se la das y sólo los dos entienden que es un momento sublime para ambos.
Las ventajas no son sólo para la madre, el bebé es el más beneficiado. Un bebé que es amamantado crece lleno de seguridad y amor, la base para que una persona se forme correctamente.
Y no sólo eso, le brinda las defensas de su cuerpo para toda la vida. De una buena lactancia depende un sistema inmune fuerte, que recordemos, disminuye el riesgo de contraer enfermedades y, que las que atacan el cuerpo, sean fáciles de combatir sin la ayuda de medicamentos.
Es un laxante natural, disminuye los gases que son tan molestos para lo pequeñito; ayuda a prevenir la obesidad, la desnutrición y la diabetes, enfermedades cada vez más comunes en gente joven.
Y para los padres también tiene beneficios, los lazos de la familia se fortalecen, además de ahorrarse la lata de leche suplementaria que llena, pero no brinda ni la mitad de beneficios que la leche de mamita garantiza.
Claro, ya hablamos de todas las ventajas, pero ¿cómo hacer que todo eso pase? La verdad, es más simple de lo que parece.
Lo primero que debemos hacer es entender que ahora lo más importante es nuestro bebé y que nada debe interponerse entre el bebé y el proceso de lactancia.
Es abrumador dejar de ser el centro de atención, pero claro, lo que te hacía lo más importante de la casa ya salió, por ende, esa personita pasó a serlo. No tener jornadas de sueño adecuadas, los rápidos descensos en los niveles hormonales y la dificultad de tener todo en orden, generan frustración y aparece la conocida depresión posparto; no podemos permitir que la presión nos abrume, durante el tiempo de licencia de maternidad, lo único que debe preocuparnos es el cuidado del bebé, el resto puede esperar.
Una vez manejado el estrés, debemos hacer masajes circulares alrededor del seno, eso evitará las mastitis y ayudará a que la leche circule fácilmente.
La mejor manera de que salga mucha leche es ponerle el seno al bebé cuantas veces lo pida, a mayor succión, mayor producción de leche.
Después de algunos días de alimentar al bebé, probablemente los pezones estarán agrietados y sangrarán, hay que evitar ponerles cualquier clase de crema, los químicos pueden alterar el sabor de la leche. Lo mejor para curarlos es la misma leche materna. Antes de empezar a alimentar al bebé, es recomendable masajear el pezón y la areola con unas gotas de leche y hacer lo mismo al finalizar, teniendo en cuenta todas las medidas de higiene necesarias para la alimentación el bebé.
 La constante hidratación es fundamental, pues de los líquidos consumidos se produce la leche. Si no eres muy productora de leche, puedes ayudarte con infusión de hinojo y leche, además de muchos jugos de frutas en leche.
Por todo esto, simplemente, hay que ponerle el pecho a la lactancia, por una niñez sana y feliz.

No soy una vaca lechera

Por: @ximenasp 
Entre mis varias locuras tengo la de querer saberlo todo. Cuando me enteré que estaba embarazada leí todo lo que pude sobre los meses de embarazo y el parto. Durante mi preparación teórica para la maternidad siempre me salteaba la parte de la lactancia. Pensaba que no podía ser tan difícil porque es ponerle la teta y ya no? Además, el tema nunca me interesó mucho y pensaba que si no se podía, le daba un biberón y punto.
Yo quería un parto natural, con mi esposo, sin epidural ni anestesia y planeaba y aprendía obsesivamente sobre eso. Y claro, sucedió todo lo contrario.
Pasar por una cesárea de emergencia despertó inesperadamente una necesidad de darnos a mi hijo y a mi la oportunidad de conectarnos como no pudimos durante su nacimiento. E inmediatamente supe que yo tenía que darle teta.
Yo no sé por qué nadie me informó con suficiente convicción que la lactancia es super difícil. Las heridas del inicio me dolieron tanto como la sensación que vino días después cuando mi hijo lloraba y quería estar en la teta todo el día. Pasé mis primeras semanas escuchando: “Seguro no tienes leche”, “está flaquito, hay que complementarle con fórmula”, “mucho llora, se está quedando con hambre”. Pero yo tenía una misión.
Me entrené en lactancia materna en el mero ruedo. Blackberry en mano leí textos de la Liga de la Leche, KellyMom, BabyCenter, etc. En el otro brazo mi bebé agarrado de la teta. Ojala tanta onda electromagnética no le haya hecho mal pero yo sentía que tenía que insistir en la teta y buscaba sustento para mi intuición.
Y dio resultado. Aprendí que en lactancia, casi todo es normal. Es normal si un bebé se pasa una hora o más mamando, es normal si un bebé te pide más teta a los 15 minutos de haber mamado. Aprendí que la teta no es solo leche sino calor y cariño, y que la mejor manera de tener más leche es darle teta cuantas veces te lo pida tu bebé.
Sin embargo, los comentarios y las dudas te golpean la autoestima y por miedo a que el resto tuviera razón, algunas noches le dimos una mamadera de fórmula antes de dormir para ayudarlo a ganar peso por si mi leche no era suficiente. Al final no fue tan malo. Eso nunca puso en riesgo mi producción y las mamaderas fueron excelente momento para que yo durmiera y su papá se dedicara a él por varias horas.
Luego del segundo control adquirí más confianza y las ocasionales mamaderas de fórmula desaparecieron. Cuando mi hijo cumplió 5 meses dejé de prestar atención a su peso porque estaba claro que él era de los gorditos.
Pero lo cierto es que yo no soy una vaca lechera. Nunca sentí cuando “me bajó la leche”, en contadas ocasiones mi ropa se mojó, nunca supe qué era eso de que el bebe se queda “borrachito” después de mamar. Cuando me empecé a sacar leche allá por el tercer o cuarto mes, me di cuenta que no saco más de 4 o 5 onzas en total por cada extracción (si pasan 5 horas me saldrán 6 onzas). En secreto odio a las que me dicen que se sacan 10 onzas así sin esfuerzo. Mi hijo, hoy con 9 meses, parece que ha aprendido que conmigo va a tener siempre que rascar la olla. Y a pesar de eso, él es sano, gordito y feliz.
Créeme: tú produces lo suficiente para tu bebé. El porcentaje de mujeres que produce poca leche es muchísimo menor de lo que te imaginas. Lo que pasa es que una cree que produce poco y eso sucede porque falta información y apoyo. Los pediatras no saben tanto de lactancia como te imaginas y una nunca sabe dónde ubicar a especialistas en el tema.
Hay bebés que toman mamaderas de 7 onzas de leche materna desde los 2 meses, el mío tiene 9 meses y toma 5 onzas cada 3 horas (además de su almuerzo y cena) y cuando vuelvo del trabajo, mama todo el tiempo (y en las madrugadas más!!). No te desanimes con la que te dice que a los 3 meses ya se sacaba 9 onzas. Bien por ella. Tampoco escuches a las que te dicen: “Una hora en la teta? Pero ya no saca nada!” (esas, te apuesto mi sueldo, nunca han dado lactancia materna exclusiva). No hagas caso a los que dicen que hay que darle solo 15 minutos por teta (están locos). Si tu pediatra te dice que tu bebé está flaco y que hay que darle fórmula, consulta a otro pediatra para corroborar (lactancia materna no es un curso en la carrera de medicina). Además, “estar justo de peso” no significa estar bajo de peso. Si está dentro de la curva, así sea en un percentil bajo, tu bebé está bien. Si te parece poco lo que te sacas, no te preocupes, a veces es culpa del extractor y de todas formas tu bebé saca mucho más. Cuando consultes a alguna amiga o conocida, asegúrate que haya dado lactancia materna exclusiva de verdad y de preferencia a una consultora de lactancia. Ah sí, sabes qué? Si un día le das una mamadera de fórmula por salud mental o por la razón que sea, nadie se va a morir, pero no lo hagas costumbre sino tu producción sí baja.
No soy capaz de decir hasta cuando le daré leche materna. Yo no sé cuanto durará mi poquita leche y de repente por eso cada día de lactancia para mi es mágico, milagroso y lindo. Y seguiré dando todo lo que pueda porque cada gotita que me saco va a la panza de mi hijo y lo hace más sano y feliz y de paso a mí también.
Si quieres aprender más sobre lactancia materna recomiendo ir a las sesiones de la Liga de la Leche (que están por casi todo el mundo) y seguirlas en Facebook. En twitter encuentras muchísimas cosas chequeando el hashtag #bfing o #lactancia y si tienes una pregunta específica, escribe a nuestro blog (tengo varios folletos que puedo enviarte) o googlea tu duda (me da la impresión que hay más artículos sobre el tema en inglés que en castellano). Si ya te toca volver a trabajar y no tienes plata para comprar un buen extractor, hay empresas que alquilan.

Lactancia Prolongada



Por: @MadreNovata


Un año, 1 mes y  3 semanas de estar amamantando a mi pequeña y ... Continuara.                                                       
La leche Materna ha sido muy valiosa para ella, además del vínculo que hay entre nosotras, es mágico y especial.
Es maravilloso ese momento cuando estoy amamantando y ella me mira fijamente a los ojos, me agarra la cara y sonríe, Waaau, para mi es una respuesta a su satisfacción, que ella se siente feliz y a gusto, la ternura, el amor, una sensación de alegría y  eso  es lo mejor.
Gracias a Dios, no he tenido momentos malos en la lactancia, como grietas, mastitis, etc. A excepción de las mordidas de mi hija jajaja. :) Todo lo contrario siempre he tenido suficiente leche, tanto que aun me salen chorros.
Me siento orgullosa porque mi hija aun no ha probado la leche de formula, pues la mamita se la tiene a tiempo, a buena temperatura, y piel a piel.
Que hermoso, que maravilloso es amamantar, de esta manera siento que seguimos pegaditas, enlazadas, igual como cuando estaba en mi barriga  unidas por medio del cordón umbilical.
Este tiempo ha sido un tiempo de grandes Beneficios.

Otro estilo de lactancia

Por: @punketa

La experiencia sobre lactancia con Eric fue algo frustrante, sólo al principio (así también como nos cuenta nuestra amiga @luiferpadi), pues sólo le pude dar mes y medio de leche materna y el resto con leche de fórmula.

Al principio y como toda buena madre primeriza, no sabía ni como cargar a mi bebé y a pesar de haber asistido a los cursos sobre lactancia, mi pobre pecho no daba leche porque simplemente no sabía cómo hacerlo. Cómo acomodar al niño, como acomodar el seno y sin saber si el niño estaba comiendo o no, me hicieron las primeras horas de madre toda una proeza.

Al principio fue una enfermera quien me dijo que utilizara unas pezoneras de silicona que así el bebé podía agarrar mejor y así succionar sin problemas. Creo que agradezco la ayuda de ella porque no hubiera querido dar con ese tipo de enfermeras que uno escucha que te lastiman el pezón para hacerte salir leche. Con estas pezoneras fue magnífico porque primero no me lastimaba, Eric podía comer tranquilo y todos felices.

Aunque no todo fue felicidad porque pasado un mes empecé a notar que mi bebé lloraba más de lo normal y era cuando le daba de comer de nuevo y se calmaba. Luego empezaba ese ciclo de llorado, comida, llorado durante todo el día. Fue un día que con mucha calma analicé que algo no estaba bien con la alimentación de mi bebé y me pude dar cuenta que la leche salía demasiado aguada a lo que debería; no tuve más remedio que ir de inmediato a una droguería, pedir una leche de fórmula (que si es bien costosa la condenada) y darle de comer. Para mi sorpresa mi hijo se quedó calmado, durmió placidamente y quedé más que contenta.

No era lo que yo esperaba pero sabía que no le podía seguir dando porque ante todo el bienestar de mi hijo estaba por encima y por nada del mundo dejaría que pasara hambre. Obviamente empieza lo trágico del asunto porque el costo de la leche de fórmula es muy alto y el hecho de hervir agua, lavar 2 o 3 teteros al día y toda esa labor es más extenuante que darle por si misma leche materna.

A pesar de eso aprendí tips de lactancia que me sirvieron mucho:

1. Tener 3 o más teteros para lavarlos todos en un mismo ciclo y no tener 1 solo y lavarlo en cada comida.
2. Darle siempre tetero ‘al clima’. Siempre darle tetero al clima me resultaba muy práctico si tenía que salí con mi hijo y así mismo no me encartaba con termos y agua caliente. De igual manera si era necesario, salía con los teteros preparados con el fin de evitar envolatarme.
3. Llevar sólo lo necesario. Si tenía que demorarme más, mi practicidad me hacía llevar sólo el poquito de leche en polvo que necesitaba y los teteros con agua ya envasada así sólo preparaba lo que necesitaba mi hijo.
4. Tener el esterilizador de microondas. No solo ayuda a mantener limpios los teteros sino cualquier envase plástico que utilicen nuestros hijos más adelante.

Y aunque suena un poco extraño, el hecho de no haber amamantado fue más fácil cuando me tocó desapegarme de él para trabajar puesto que acostumbrado al tetero era más fácil cuidarlo; además conté con la fortuna que Eric no salió alérgico a los distintos tipos de leche que le daba.

Después de muchas sonrisas y lágrimas todo salió bien. No como quería pero si como lo tenía la vida destinada para los dos.

martes, 14 de febrero de 2012

Mi Experencia con la Lactancia Materna

Por: @cienporcienmama 


A propósito de la Semana #ProLactancia Materna, quiero contarles mi experiencia amamantando a mis hijos. La experiencia entre amamantar a mi primera hija con respecto al hacerlo con mi hijo fue muy distinta.
Con mi hija, tuve muchos problemas para lograr se enganchara bien a la teta, solo después de 4 días logre que tomara mejor que al comienzo. Cuando llego la primera visita al pediatra, a los 10 días de nacida, ella no había subido lo suficiente de peso. Por lo que me aconsejo tomar Sulpilan, así ver si me bajaba mas leche. A los 15 días debía volver para ver si había aumentado de peso.
Cuando volvimos había subido un poco, pero aun no lo suficiente. Por lo que fue necesario complementar con leche de formula, además sacarme leche, así estimular que bajara mas. Debo reconocer que me dio mucha pena, me sentí muy mal, al no poder alimentar bien a mi hija solo con mi leche.
Pero al ver los cambios en ella, a los pocos días, ya lo había asumido. Empezó a subir muy bien de peso, y ella ya no lloraba tanto. Así estuvimos hasta los 6 meses, complementando mi leche con la de formula. Lamentablemente se acostumbro a tomar del biberón, por lo que ya el ultimo mes solo mamaba directamente de mi teta en las mañanas y en la noche, El resto del día me sacaba la leche y se la daba en biberón. Apesar de todo, logre amamantarla hasta los 6 meses, y eso me dejo muy contenta.
Con mi hijo, fue totalmente distinto. Aunque al principio tuve mucho temor de vivir la misma experiencia  y que no lograra tomar bien o yo tuviera poca leche. No fue así, desde la primera vez se engancho y tomo bien, subía muy bien de peso y mis pechos estaban llenos de leche. 
No fue hasta cerca del primer mes que empezaron los problemas. Sufría de muchos cólicos al día, se retorcía de dolor, por varios días seguidos. Y eso nos tenia muy angustiados. La pediatra nos aconsejo llevarlo a un gastroenterologo, pues sospechaba que podría tener reflujo o alergia alimentaria.
Ambos diagnósticos se confirmaron, mi hijo sufría de Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca, y además reflujo. Por lo que la recomendación inicial fue dieta estricta para mi, libre de todos lo derivados de la leche y caseínas, además del trigo, frutos secos, huevo y carnes rojas, y medicamentos para controlar el reflujo. Así continuar con la lactancia exclusiva, que es el mejor tratamiento, ojala hasta el año.
Mi guaton era buenisimo para tomar mi leche, y dormía colgado a mi pechuga tomando toda la noche. Estuvimos así hasta los 8 meses. Yo con una dieta que me tenia comiendo solo paltas, arroz, atún, pollo y cerdo. Y el feliz, sin cólicos, ni malestares.
A los ocho meses, deje de amamantarlo, pues mi desgaste físico y mental, era demasiado, andaba mal genio todo el día, me estresaba pensando que si comía algo o en el envase de los alimentos no estaba bien rotulado algo le podía causar daño a mi hijo. Tampoco mi leche lo estaba dejando tan satisfecho, lo que significaba que tenia que darle pecho a cada rato, no podía salir con tranquilidad ni a comprar al supermercado, por dar un ejemplo.
Bajo la supervision de su gastroenterologa empezó a tomar formula especial para niños con alergia, eso hasta el año seis meses, cuando por fin pudo probar la leche normal de vaca y dar por superada su alergia.
Recuerdo que dejar de darles pecho a mis hijos me genero sentimientos de abandono y tristeza, sentía que perdía esa intimidad y complicidad que era solo nuestra, esa conexion piel a piel, sus manitos haciendome cariño, las miradas de ternura y amor que nos entregábamos.
Ahora que estoy a pocos meses de tener a mi tercer hijo, estoy segura será nuevamente una experiencia maravillosa, ya sea dure solo un par de meses o un año.
Para terminar, es importante recalcar que promover y apoyar la lactancia materna no es solo responsabilidad de nosotras la madres, sino también de toda la sociedad, con políticas de estado efectivas como el post natal de 6 meses, grupos de apoyo de lactancia, ya sea en hospitales, jardines infantiles y centros de salud, entre otros.


El mejor de los regalos (Mi lactancia después de una cesárea)

Por: @Mousikh


Hace ya tiempo que me apetecía contar mi experiencia con la lactancia en el blog. Es cierto que en varias ocasiones he hablado en general sobre la lactancia y que en agosto, cuando se celebró la Semana Mundial de la Lactancia Materna en muchos otros países del mundo, compartí con vosotr@s las emociones que generaba en mí el amamantar a mi Pequico, en el post Piel con pielPero me faltaba plasmar aquí cómo ha sido (y está siendo) nuestra historia de lactanciaAsí que he pensado que, ya que del 1 al 8 de octubre se ha celebrado esta semana a nivel europeo, qué mejor ocasión para contaros cómo fueron nuestros inicios con ella.
Como ya conté aquí, mi parto fue inducido y finalmente acabó en cesárea. Y si bien cuando, tras la larga espera en reanimación, pude por fin reencontrarme con mi pequeño, me sentí la mujer más dichosa del mundo; conforme fueron pasando las horas, la sombra de la duda comenzó a planear amenazante sobre mí, empezaron a acudir a mi mente muchos porqués que no tenían respuesta y fui comprobando como la cicatriz que adornaba mi vientre había ahondado más allá de mi piel. Sin embargo, el poder dar de mamar a mi hijo fue para mí una experiencia sanadora, que me ayudó a encontrarme como madre, dentro de aquella mujer herida, agotada, dolorida e insegura que salió del quirófano. Por eso he titulado este relato como El mejor de los regalos, no ya porque considere que la lactancia materna es el alimento más idóneo para un bebé o porque quiera destacar sus, de sobra conocidos, beneficios para él; sino porque para mí, el amamantar a mi pequeño, fue un auténtico regalo, el que me sanó de mis heridas, el que me devolvió todo aquello que sentía que me habían arrebatado en mi parto.
Desde que me quedé embarazada y antes de conocer las virtudes de la lactancia materna, tenía claro que quería amamantar a mi bebé. Siempre que había visto a una madre amamantando a su hijo, me había parecido una estampa idílica y maravillosa, un acto de amor. Por aquel entonces no conocía el término “lactancia materna prolongada” ni  me planteaba cuánto tiempo daría de mamar, pero esperaba con todas mis fuerzas poder hacerlo, con las mismas que también hubiera deseado poder dar a luz a mi pequeño. De hecho cuándo alguien me preguntaba si pensaba dar el pecho o biberón, me sorprendía la pregunta; “el pecho”-respondía, qué si no; aunque empezó a hacer mella la inseguridad, o tal vez la supersticiosa que llevo dentro, y pronto añadí la coletilla “si puedo, claro“. Y también recuerdo, a pesar de que me decían que no servía para nada,  con qué ilusión me aplicaba una conocida crema en los pezones, durante todo el embarazo, con la esperanza de evitar la aparición de las tan temidas grietas…
Sin embargo, como ocurre después de tantas cesáreas, el inicio no fue del todo sencillo y se fueron cruzando diversas circunstancias que perfectamente podían haber hecho fracasar nuestra lactancia. Espero de corazón, que mi experiencia pueda ayudar a otras madres que pasen por una situación parecida. La primera dificultad con la que nos encontramos fueros esas terribles y eternas horas que transcurrieron hasta que pude tener a Pequico entre mis brazos para ofrecerle mi pecho, y que yo sabía que eran fundamentales para establecer con éxito la lactancia. Recuerdo también lo complicado que resultó encontrar una posición en la que poder amamantarlo. Sólo alguien que haya pasado por ello sabe lo difícil y doloroso que es encontrar “la postura” en esa camilla incómoda, con el dolor de los puntos que apenas te dejan moverte. A pesar de que no tuvimos ninguna ayuda por parte del personal sanitario, entre mi marido y mi madre, consiguieron colocar de forma satisfactoria a Pequico en mi regazo y él hizo el resto. Fue increíble ver cómo aquel cuerpo tan diminuto y que apenas se movía, se agarró con tanta rapidez e intensidad a mi pecho y empezó a mamar con avidez, como si llevara haciéndolo toda la vida.
Yo sentía una mezcla de placer y de dolor. Me hacía muy feliz volver a sentirnos uno solo, pero es cierto que cuando mamaba, los entuertos eran más fuertes y los puntos de la cesárea me dolían a rabiar, había veces que veía las estrellas. Por suerte, Pequico nos salió avispado y debió engancharse de forma óptima, porque  no tuve que vérmelas con ninguna grieta, aunque sí que había ratos, cuando las tomas eran muy seguidas, en los que me notaba  la zona más sensible y un poco irritada.
Como yo había estado hipoglucémica durante gran parte del parto también le controlaban a él la glucemia, y al salirle un poco baja, nos instaron a darle un dedín de biberón para que le subiera. Después, mi pequeño volvió a engancharse tan ricamente a su teta, pero yo empecé a llenarme de miedos: ¿y si tardaba demasiado en subirme la leche? ¿y si tenía que darle algún biberón más? ¿y si eso era el fin de nuestra lactancia? Los días siguientes mi preocupación fue a más, todo el mundo parecía extrañarse de que aún no me hubiera subido la leche (cuando lo normal después de una cesárea es que tarde un poco más, en lugar de dos a tres días, de cuatro a cinco) y Pequico parecía perder peso a una velocidad mayor de la normal. Yo soltaba charlas sobre que todo era normal, que el calostro era muy concentrado y nutritivo, que el biberón podía dar al traste con todo, pero en mi fuero interno cada vez me asaltaban más temores. Sólo de pensar en que no pudiese dar de mamar a mi hijo, se me venía el mundo abajo. Si finalmente hubiera sido así, supongo que me habría adaptado y lo habría superado, pero en aquellos momentos, sensible, con una anemia galopante, las hormonas revolucionadas, las mil y una dudas que me acechaban, sentía como se acrecentaba mi sentimiento de culpa y la seguridad en mí misma comenzaba a fallarme. Por eso, cuando el pediatra me dijo que Pequico había perdido más del 10% de peso, que se consideraba normal, y que tenía que suplementar cada dos tomas con dos dedos de un biberón, he de confesar que lo viví como una tragedia. De hecho,  tuvo que dárselo su papá, porque yo probé pero me sentí incapaz; tenía que hacer grandes esfuerzos para no llorar cuando lo veía devorar el bibe y escuchaba, “pobrecillo, estaba muertecico de hambre, mira como se lo toma“. Aquellas palabras, que eran dichas sin ninguna mala intención, se me clavaban como puñales afilados en el corazón y me hacían perder la confianza.
Sin embargo, algo quedaba dentro de mí, de la Mousikh de antes del parto. Aquella noche cogí el sacaleches y, el rato que mi pequeño no estaba enganchado a mis pechos, era yo la que no paraba de intentar extraerme leche, con la débil convicción de que antes o después vería manar el preciado líquido; y el comprobar que, efectivamente, comenzaban a salir las primeras gotas, me hizo recuperar la fe y la confianza en mi cuerpo. Al día siguiente, recibimos la buena noticia de que Pequico había aumentado por fin de peso y esa misma tarde yo noté como algo estaba cambiando en mi cuerpo, y por fin, al anochecer tuve la esperada bajada de la leche. El pediatra, aunque en las indicaciones escritas me recomendaban seguir con la lactancia mixta, me dijo que podía continuar sólo con el pecho, y recuerdo la satisfacción que sentí cuando pasaron por la habitación preguntando si necesitábamos algún biberón y yo exclamé un rotundo “no”. También me sorprendió tristemente el comprobar cómo los biberones de ayuda, eran reclamados en tantas otras habitaciones. Como anécdota contaré que el pediatra siempre afirmaba que yo era su paciente favorita, por las ganas que mostraba de poder amamantar a mi hijo (“amamantar es un arte“, me decía); aunque yo solía bromear con mi hermana conque la auténtica  razón era, que siempre que me visitaba, me encontraba con la teta fuera.
Lo importante es que la naturaleza se impuso y siguió su curso, permitiéndome el inmenso regalo de poder alimentar a mi hijo con mi cuerpo. Una vez en casa, todo no fue color de rosa pero gracias al apoyo incondicional de mi marido, y a la inestimable ayuda de mi familia, que permitió dedicarme por entero a mi pequeño, pudimos superar las pequeñas dificultades que fueron surgiendo y disfrutar de una lactancia que dura hasta ahora (aunque eso forma parte de otra historia…) Por eso siempre digo, que el éxito de nuestra lactancia es que en casa somos y  un equipo formidable.
Sé que muchas veces estos post en defensa de la lactancia, no están exentos de polémica y que son sentidos por algunas mamis que dan biberón, como un cierto menosprecio hacia su papel de madres. Por eso no quiero acabar esta entrada sin aclarar que en mi ánimo no está nunca el menosvalorar o herir la sensibilidad de nadie; si hablo con tanta pasión y vehemencia de la lactancia materna es porque así lo siento y lo vivo cada día. Comprendo perfectamente las dificultades que surgen en los inicios y me siento una gran afortunada de que en nuestro caso, pudiéramos superarlas, también respeto que haya personas que piensen de manera diferente a mí. Pero no puedo desaprovechar esta oportunidad de animaros a todas las futuras mamás que me estéis leyendo a que amamantéis a vuestros hijos: las que por una u otra razón piensen que la mejor opción para ellas es el biberón, por favor que se lo replanteen, que lo intenten, da igual por el tiempo que sea, que no se pierdan esta experiencia porque es única; aquellas que ya lo intentaron y no pudieron, que no cierren la puerta, cada embarazo, cada parto, cada hijo es diferente, nosotras somos diferentes, merece la pena volver a intentarlo, sin condicionarnos, sin presión, sin miedo; y a las que aún no sois madres, no dudéis en asesoraros, buscar ayuda si es necesario y sobre todo no olvidéis que nuestros cuerpos están preparados, “diseñados” para amamantar, confiad en ellos… Quizá algún día sintáis como yo, que al hacerlo, habéis recibido el mejor de los regalos…

sábado, 11 de febrero de 2012

Historia de una Frustración (poca leche, muchas ganas de lactar)

Por: @luiferpadi

Desde que estaba embarazada tuve claro que quería amamantar a mi bebé, leí todo respecto al tema y me preparé física y sicológicamente para lograrlo exitosamente. Al momento de nacer, Isabella tenía bajo peso, por lo que se la llevaron a cuidados neonatales inmediatamente y aunque solicité que no le dieran biberón sino que me la pasaran para alimentarla en el momento en que fuera necesario… pues no me hicieron caso y lo primero que le dieron fue formula! Luego cuando ya estábamos en la habitación me la dieron para lactar y después que le daba, le daban otro biberón con formula.
Todo esto me hizo sentir frustrada porque no era lo que yo quería y tenía planeado, pero bueno, no tenía otra cosa que hacer sino dejar que los médicos hicieran lo que sería más conveniente para Isa.
Ya en la casa, el tema no mejoró mucho, le daba a mi bebé pecho a libre demanda pero nunca era suficiente ella siempre quedaba con hambre y muchas veces tenía que complementar con formula. Llamé a una asesora en lactancia quien fue a mi casa y me dio algunos concejos que fueron muy útiles en su momento, sin embargo nunca me salía leche suficiente y eso me hacia sentir muy mal porque nada salía según lo planeado, la lactancia exclusiva cada vez era más difícil de lograr…
Tomé agua de hinojo por montones, pasil, gotas homeopáticas, me estimulaba con el extractor constantemente y hacia todo lo que madres y abuelas conocidas me decían, con esto logre aumentar un poco la producción pero igual nunca era suficiente.
Finalmente, al tercer mes me enfermé y me recetaron un antibiótico que le sentó muy mal a Isa y me tocó dejar de lactar por un tiempo, lo cual me hizo reducir nuevamente la producción, volví a usar todos mis remedios pero nada me funcionó… así que dejé de lactar definitivamente.
Me sentía triste, frustrada, incompleta, yo pensaba que la lactancia iba a ser más fácil pero en mi caso fue bastante complejo.
Sé que hice todo para lograrlo y eso es un consuelo, sin embargo hubiera preferido que mi hija solo tomara leche materna por lo menos hasta los 6 meses porque es el mejor alimento. Pero como dice la canción “si no se pudo, pues no se pudo…” igual Isa gracias a Dios está muy bien y sana y cada vez que sale del pediatra tiene una carita feliz =)
Hoy le digo a las madres y futuras madres que lo mejor es la leche materna, pero cuando no se puede lactar por alguna razón lo importante es seguir fomentando ese contacto con nuestros hijos y esa conexión a través de las caricias, los abrazos, el amor infinito de madre, que con o sin lactancia va a permanecer en el tiempo.
No hay por que frustrarse ni sentirnos menos madres cuando no podemos lactar, lo digo por experiencia propia! 

Mágico y maravilloso!

Por: @jimenapl



Para mi la lactancia es algo mágico y maravilloso. Yo le di pecho a mi hijo, Samuel, por 7 meses - cumple 8 en pocos días- y siento que fue una etapa llena de amor y conexión. Siempre tuve en mente la lactancia como prioridad en la crianza de mi hijo. Los primeros días fueron retantes, más cuando a Samuel le dio ictericia, lo cual lo mantenía adormilado y comiendo poco, bajó bastante de peso y tuvimos que estar en el hospital por 4 días. Pero tan pronto nos dieron de alta y superó su ictericia empezó a comer y a chupar con gusto. En tan solo tres días recuperó su peso al nacer  y hasta lo superó. Todo gracias al amor y a la leche materna. 

Creo que no hay palabras para describir lo que se siente tener a tu hijo y alimentarlo de tu cuerpo. Creo en eso Dios y la naturaleza fueron  muy sabios. 

No es tarea fácil al principio pero una vez el bebé y la mamá adquieren una rutina todo lo demás pasa a un segundo plano.


Ya no le doy pecho a Samuel, y siento que fue una decisión mutua, llegamos a un acuerdo entre los dos pero aún al recordar lo que es amamantar siento una felicidad infinita en mi corazón.
A las futuras mamas les recomiendo darle prioridad a la lactancia, no importa si sea solo por 3 meses, 6 meses o más, no se van a arrepentir!!!!