lunes, 12 de diciembre de 2011

Pensamientos de una madre (Parte II)

Por: @Loremipsumada


Aquí puedes leer la primera parte

Nunca antes, ser feliz había sido tan estresante. Tal vez porque nunca fui plenamente feliz. Últimamente, he pasado unos días terribles. No puedo decir que los peores, porque sería muy desagradecida, pero sí han sido muy difíciles. 

Pensé que la parte dura de la maternidad era al principio por las trasnochadas que exige un recién nacido; ahora creo que es la etapa menos complicada de la maternidad.  No es fácil y más si eres primeriza, pero se cuenta con mucho más tiempo porque el bebé duerme casi todo el tiempo. 


Juan ya tiene 5 meses y una energía inagotable. Yo más bien,  soy muy pasiva y no le aguanto el trote. Me ha tocado dejar de ser zombie, en algunas ocasiones y espabilarme para jugar con él y atenderlo. 
He hecho las veces de todo lo que se les pase por la cabeza: payaso, cantante, mico, perro, gato, colchón, silla, etc. Y sigo inventando juegos y cosas para hacerlo pasar un buen rato. Todo es hermoso mientras, en su rostro, se pinte una sonrisa de oreja a oreja. 

Pero todo esto es DURO, durísimo. Cualquiera (alguien como yo, antes de ser mamá) creería que cuidar a un bebé era papaya; pero no, NO LO ES. Es lo más duro que me ha tocado vivir hasta ahora. Vivo ansiosa, aburrida, cansada; pero también, totalmente feliz y esto me causa un estrés infinito.
No quiero enfermarme: se me cae el cabello por mechones y no exagero, me duele el cuerpo todo el tiempo como si fuera el primer día de gym, los pies me duelen como si hubiera caminado todo el día,  mis manos ya no aguantan el peso de Juan y todo el cuerpo me suena porque estoy oxidada. 

Hay días en los que me levanto y no quiero hacer nada, no quiero pensar en nada, no me importa nada. Me levanto emo y me da rabia no poder controlar mis estados de ánimo. 

Me han dicho que es normal que esté así, que es el estrés que causa la maternidad, que a todas les da; pero ¿hasta cuándo?, ¿hasta que se defienda por si solo?, o sea, ¿en serio?. Yo quiero sentirme como un ser humano normal, que duerme normal, que tiene un día normal. Quiero ser normal, pero no, no me siento normal.

A veces, no me siento bien, me siento muy débil. No sé si soy muy floja pero es que eso de ser mamá es pa’ machos. He querido darme por vencida pero, simplemente no puedo porque esto no es algo que pueda elegir, esto es algo que me toca hacer. Hay otros días en los que simplemente me echo a llorar como niño perdido en centro comercial. Son tantas cosas que tengo que vivir que todos esos sentimientos me abruman. Pero a pesar de eso, soy muy feliz al poder compartir todo el tiempo con mi sapito. Él y su amor incondicional es mi mayor tesoro, mi felicidad completa. 

Juan me duele, me duele en el alma y por eso lo amo más que a mi vida entera. 

2 comentarios:

  1. Te cansas, te estresan, de dan ganas de llorar, te duelen los pies, no tienes tiempo para ti, pero cuando los ves crecer felices, ves sus avances y logros se te olvida todo!! su sonrisa te reconforta el alma!! Como te decia antes, senti que me estaba leyendo yo misma, creo que todas pasamos por esto...buen post

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  2. Dios todas tus palabras las siento tan mias...estoy pasando exactamente lo mismo y es sumamente agotador...esta se ha convertido en la via de escape! Pero todo vale la pena amiga siga adelante y llene de mucho amor a ese bebe y vera como Dios nos compensa tanto sacrificio! Saludos!

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