Por: @loremipsumada
En estos días me puse a meditar, mientras me bañaba (sí, es el único momento que tengo para mi sola y "filosofar".) sobre mis brazos y mis manos. Pensaba en cómo haría una madre sin un brazo o una mano o peor aún, sin ambos. Creo que su labor sería aún más difícil.
Piensen en todo lo que las mamás hacemos con los brazos y manos: los arrullamos, los cargamos, les damos de comer, les cambiamos los pañales, muchas veces les servimos de cuna, otras veces les sirven de almohada, los bañamos, los vestimos, y otro cientos de tareas más. Ahora imagínense cómo haría una madre sin alguno de estas poderosas herramientas. Sería toda una odisea.
Tal vez, el que lea esto dirá que soy una loca ociosa y hasta razón tendrán, pero es que todos estos pensamientos me surgen por una sola razón: el miedo de que algún día a mi hijo le falte algo y yo no pueda ayudarlo.
Después de eso se me vino a la cabeza lo que todas las mamás desean: morir cuando sus hijos ya no dependan de ellas, cuando se puedan defender solos. Si la Sra. Muerte desea llevarme antes de tiempo, déjeme decirle que para mi, antes de tiempo sería cuando mis nietos tengan unos veinte años. Más o menos, para ese tiempo, ya mi labor habrá acabado.
Espero que jamás me falte nada que lo afecte a él y mucho menos que yo le llegue a faltar a él. Hoy, cuando lo veo, con tan solo cuatro meses de vida, aprendiendo a descubrir el mundo y enseñándole cosas tan básicas como sentarse; pienso en que quiero estar en su vida cuando esté convertido en todo un hombre y el solo hecho de imaginármelo, me hace llorar de felicidad.
No es cuestión de sobreproteger a mi hijo ni de convertirme en una Drama Mamá, solo espero poder ayudarlo y apoyarlo cuando lo necesite. El hecho de que le haya la vida no quiere decir que tenga que vivirla por él. Esa es su propia lucha, de la que quiero hacer parte como una acompañante incondicional.
Puedes leer la segunda parte aquí y la tercera parte acá
Ufff! Has tocado un tema que es MUY recurrente en mí: el de mi muerte. Siempre pienso en que ME PROHIBO TERMINANTEMENTE morir. Antes de ser mamá, no quería morir. Ahora, me lo tengo prohibido, al menos hasta que mis hijos sean adultos. Sé que no está en mis manos al 100%, pero al menos puedo ayudar cuidándome.
ResponderBorrarA cuidarse para no fallarles!
Un abrazo.