martes, 14 de mayo de 2013

Madres… mis ejemplos y mis versiones.



Por:  @StevenRestern

Por obvias razones jamás podre hablar de lo que se siente ser mamá, aunque si les he de decir que para mis haberes he conocido muy buenas y otras no tan buenas. Este post en uno de los blogs que me llenan de orgullo decir que sigo, es para decir que es lo que siento, lo que creo y veo que es una mamá, pero una de esas mamás que valen la pena decir esa es mi mamá.
Para dar una mirada más global, les diré que he tenido un ejemplo muy grande de mamá que es la mía. A pesar de no vivir juntos y a miles de kilómetros de distancia, ella ha sido una madre que muy pocos desean. Mi mamá siempre estuvo pendiente y a disposición de sus hijos, descuidando su ida profesional, personal y psicológica. Por azares del destino su matrimonio no fue el mejor, sus hijos nunca han sido perfectos pero ella no ha desfallecido a pesar de múltiples enfermedades que casi la arrebatan de mi lado. Mi madre es una mujer fuerte y luchadora; esta mujer también es amorosa, estricta y sobre todo comprensiva. No es fácil para una madre latinoamericana nacida en los 70’s, oír y ver como su hijo mayor resulta ser un bicho raro, y con bicho raro quiero decir que es parte de la comunidad LGBTI, le encanta el paganismo y el ocultismo y además sufre de depresiones graves. Pero aun no compartiendo, ni gustándole muchos de mis pensamientos, motivos y comportamientos, los respeta y me ama, tanto así que cada vez que hablamos por Skype me lo dice muchas veces. Luego de tener una relación algo tormentosa con su hijo mayor, ahora son más las risas y los chistes que nos decimos que hace mucho tiempo. Ella ha sido una gran inspiración y soporte para mí, y ese es mi primer ejemplo de una buena madre.
El segundo de ellos viene por partida doble, mis abuelas, que aunque muy diferentes también muy parecidas, una abuela es esa madre que esta para mimar y corregir, las mías son así y me han cuidado mucho en los últimos años, me han mostrado muchos aspectos de la vida los cuales hicieron que creciera como persona. Ellas son rectas en su proceder y en su visión por eso son mi segundo ejemplo de buenas madres, además de haber criado a sus hijos como son.
El tercero son mis tías que han sido madres para mí y obviamente para sus respectivos hijos. De ellas no es mucho lo que hay que decir a grandes rasgos son muy comprensivas, estrictas y amorosas.
El cuarto ejemplo para mí ha sido la mujer que creo este blog y esa es Carolina (@GrungeWidow), para mi Caro ha sido un ejemplo de madre por lo mucho que ama a Nana, y lo mucho que hace por hacer una vida buena para Nana y ella. La admiro porque no solo es una madre con su hija, sino que también ha dado ese lado maternal a quien escribió este post, para mí no solo es una muy buena amiga, sino una fuente de paciencia, sabiduría y amor. Por eso y por razones que son casi incontables ella es un ejemplo de madre para mí.
  Ahora puedo decir que para mí una buena madre es quien vive por y para sus hijos, no dejando de lado su vida y su crecimiento, sino que creciendo con ellos, dando más de lo que puede y menos de lo que merece. Para mí una madre es la única persona con la cual podemos contar en los buenos y malos momentos. Le agradezco a la vida por haberme dado la oportunidad de conocer a esta madres en mi camino. Espero que el día que mis hijos nazcan tengan una madre tan buena como las que me he encontrado.
Este penúltimo parrafito es para decirle a mi madre que le agradezco por su existencia y por todos y cada uno de esos momentos juntos o separados que me ha dado, por cada uno de sus consejos y sus sonrisas. También es para decirle a Caro que la adoro, que su presencia en mi vida ha marcado muchos momentos de cambio, te agradezco desde lo profundo de mí ser.
Para terminar quiero decirles a todos los que leen este blog, que por más  que estén a punto de desfallecer en su camino de ser madres, padres o en este maravilloso labor siéntense y miren lo bueno que han hecho con sus hijos o lo que hicieron sus madres con Uds. Y verán cuan gran es el sacrificio, pero lo inconmensurable que es la recompensa.

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