Por: @kikivalls
Desde el día que me enteré que sería mamá, decidí disfrutar, con emociones entremezcladas (incertidumbre, alegría, miedos) toda la experiencia. El apoyo de mi familia y amigos fué mi mayor Bendicíón, a pesar de las circunstancias.
Durante mi embarazo, fuí respetuosa con la alimentación, el descanso y cuidados para el correcto desarrollo del bebé.. Así como también en la selección de su nombre, procurando que fuera el que describiera a cabalidad el hijo que criaría, un hombre del mañana lleno de nobleza, fortaleza, inteligencia y sabiduría.
Desde que nació respeté sus necesidades.. lo abracé mucho al llorar, al reir y al dormir.. le dí pecho por 13 meses y muchos masajes luego del baño, logrando una conexión mágica con él y a la vez, asegurándole con esto, una salud de roble. Con el pasar de los años, respeto sus gustos por la comida, por sus comiquitas, sus juegos y deportes o hobbies, pero no dejo de ofrecerle alternativas que amplíen sus gustos. Respeto también sus puntos de vista y opiniones, escuchándo sus argumentos y corrigiéndolo con explicaciones que lo hagan reflexionar, cuando la conducta no sea la más apropiada.
Respeto su espacio, porque es su derecho, y nos disculpamos cuando nos ofendemos sin querer.
En fin, creo que la base de mi crianza ha sido el amor respetuoso, del uno hacia el otro, donde se está permitido expresar lo que se siente y se piensa, porque se sabe que seremos escuchados sin miedo al juicio. Y por que a diario nos recordamos lo mucho que nos amamos y lo agradecidos que estamos a Dios por tenernos el uno al otro.
Felicitaciones muy lindo blog!!! me encanto la nota.
ResponderBorrarles recomiendo esta nota:
http://www.materna.com.ar/Home/Articulos-materna-Home/Crianza-con-apego/Articulo/ItemID/20261/View/Details.aspx
cariños!